Lucha a vida o muerte

Cuenta atrás para la Marcha por la Vida

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Por el padre John Flynn, L. C.

ROMA, domingo 23 de enero de 2011 (ZENIT.org). – Con los nuevos miembros de la Cámara del Congreso de Estados Unidos, el aborto parece que va a seguir siendo un tema muy importante.

El congresista Mike Pence ha presentado una propuesta de ley (Title X Abortion Provider Prohibition Act) con otros 122 copatrocinadores, para poner fin a la financiación federal a quienes realizan abortos, informaba el 7 de enero el Christian Newswire.

Planned Parenthood sería la organización que más perdería si se aprobara la ley. Según Pence, Planned Parenthood recibió el año pasado 363 millones de dólares de fondos del gobierno federal. En este periodo ha llevado a cabo 324.008 abortos, un 5,8% más que el año anterior.

Pence declaraba su oposición al aborto y también indicaba que “es moralmente malo quitar los dólares de impuestos de millones de norteamericanos antiabortistas para utilizarlos para promover el aborto en el país o en el extranjero”.

Planned Parenthood está recibiendo una mala publicidad con la publicación este mes de “unPLANNED”, un libro de una antigua empleada de una clínica abortiva, Abby Johnson.

Tras ocho años, primero como voluntaria y luego trabajando para Planned Parenthood, su apoyo al aborto cambió de modo dramático el día en que le pidieron que ayudase en un aborto y fue testigo, gracias a los ultrasonidos, de cómo un bebé de 13 semanas luchaba por su vida mientras se llevaba a la práctica el procedimiento.

Según una entrevista publicada el 11 de enero en la página web del National Catholic Register, Johnson afirmaba que nunca antes había visto una pantalla de ultrasonidos durante un aborto. En el momento del aborto era la directora de la clínica en Bryan, Texas.

Explicaba que Planned Parenthood siempre le había dicho que un feto no tenía desarrollo sensorial hasta las 28 semanas, algo que contradecía lo que ella había visto en la pantalla cuando el feto luchaba para evitar ser succionado.

Su libro describe cómo esta experiencia le llevó a abandonar su trabajo en la clínica, y cuenta su camino desde chica universitaria hasta convertirse en jefa de una clínica y luego en una defensora pro vida.

Planned Parenthood intentó evitar la publicación del libro, pero su pleito no lo logró. Estaba preocupada, sin duda, por su descripción de cómo la organización presionaba para aumentar el número de abortos en la clínica de Johnson, que producía muchos beneficios.

Estadísticas preocupantes

No hay estadísticas oficiales totales del número de abortos en Estados Unidos. No obstante, una buena idea de la situación la da un informe publicado el 11 de enero por el abortista Guttmacher Institute.

Según el estudio, basado en un censo de todas las instituciones abortistas conocidas, ha cesado la caída en el número de abortos, una constante desde 1981. En un comunicado de prensa el instituto afirmaba que la tasa de 2008 era de 19,6 abortos por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 44 años. Se trata de un pequeño aumento desde el 19,4 del 2005.

El número total de abortos en 2008 (1,21 millones) subió ligeramente, en cerca de 6.000. El número de instituciones abortivas también se alteró ligeramente – desde las 1787 a las 1.793 – entre 2005 y 2008.

De igual forma, el censo descubrió un aumento del uso de aborto farmacológico en lugar de los procedimientos quirúrgicos en las primeras etapas de embarazo, normalmente por medio del medicamente abortivo RU-486.

En un artículo del 11 de enero sobre los últimos datos, el Washington Post proporcionaba más información sobre el uso de la RU-486. En el 2010 su utilización subió un 24% con respecto al año anterior, pasando de 161.000 a 199.000. Esto constituyó el 17% de todos los abortos.

La reacción ante los datos por parte del Guttmacher Institute fue pedir que hubiera más acceso a los servicios anticonceptivos y que se garantizase también que las mujeres pueden utilizar los servicios abortivos.

Por el contrario, Jeanne Monahan, directora del Family Research Council del Center of Human Dignity, pedía que se hiciera más por reducir el número de abortos.

En un comunicado de prensa del 11 de enero, alababa a las fuerzas pro vida por su labor y señalaba que las encuestas muestran un número creciente de norteamericanos que se declaran pro vida.

Monahan criticaba los llamamientos para que se quiten las restricciones al aborto hechos por el Guttmacher Institute: “¿Cómo pueden decir que la tasa de abortos no es lo bastante alta?”, declaraba.

Un comentario sobre el informe publicado el mismo día por LifeNews.com abordaba el tema de las exigencias del instituto de que más anticonceptivos reducirían los abortos.

El artículo señalaba que el mismo informe mostraba que la mayoría de los abortos – el 54% – tenían lugar cuando fallaban los anticonceptivos. Esto es muy parecido a los últimos datos de España, que muestran un aumento en el número de abortos, aunque al mismo tiempo se haya producido muchísima promoción de la planificación familiar.

Dado que la píldora y los métodos de barrera fallan, además del hecho de la gente no siempre los utiliza adecuadamente, el artículo sostenía que el control de la natalidad es simplemente incapaz de eliminar los embarazos “no deseados”.

Espeluznante

Poco antes de que se publicaran públicas las últimas cifras, el arzobispo de Nueva York, monseñor Timothy M. Dolan, hacía público un llamamiento para que se hicieran esfuerzos en pos de una reducción de los abortos en la ciudad.

“Que el 41% de los bebés de Nueva York sean abortados – un porcentaje incluso más alto en el Bronx y entre nuestros bebés afroamericanos – es claramente espeluznante”, declaraba en una conferencia de prensa el 6 de enero.

Pronunció estas palabras en una conferencia de prensa de la Chiaroscuro Foundation en el Penn Club de la ciudad de Nueva York.

Comentaba que Nueva York era conocida por su acogida a los inmigrantes, y añadía, “trágicamente estamos dejando de lado al más minúsculo, al más frágil y vulnerable: a un bebé en el vientre materno”.

En su reportaje del 7 de enero sobre la rueda de prensa, el New York Times explicaba que se trataba de un esfuerzo conjunto de varios líderes religiosos, coordinados por la Chiaroscuro Foundation, una entidad sin ánimo de lucro financiada privadamente por su presidente, Sean Fieler, dueño de un banco de inversiones.

La cifra del 41% venía de un informe del departamento de salud de la ciudad. Las estadísticas mostraban que había habido 87.273 abortos en el 2009, por debajo de los 94.466 del 2000. El informe también revelaba que la tasa de abortos por embarazo en las mujeres negras era cercana al 60%.

No se suele hablar de la tasa de abortos tan alta que hay entre las mujeres negras, algo que organizaciones como TooManyAborted.com están intentando cambiar.

Según la información publicada en su página web, cerca del 40% de todos los embarazos de mujeres de color terminan en aborto. Esta cifra triplica a la de las mujeres blancas y es el doble que la del resto de razas combinadas.

La página web también explica que la presión por los “derechos reproductivos” tiene su origen en una mentalidad elitista promovida por la fundadora de Planned Parenthood, Margaret Sanger. Ella y otros trabajaron duro para promover el aborto entre los negros y los pobres.

Todas estas noticias han aparecido mientras se prepara el mayor evento pro vida del año, la Marcha por la Vida del 24 de enero en Washington D. C. La Iglesia católica celebrará el acontecimiento con una Vigilia Nacional de Oración por la Vida del 23 al 24 de enero en la Basí
lica de la Capilla Nacional de la Inmaculada Concepción.

La vigilia se abrirá con una misa, presidida por el cardenal Daniel N. DiNardo, presidente del Comité pro Vida de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.

Aunque la manifestación normalmente recibe poca cobertura de los medios, atrae a un gran número de personas, muchas de ellas jóvenes. Su éxito muestra cómo el destino de los niños abortados sigue siendo un tema que congrega a mucha gente.

[Traducción del inglés por Justo Amado]

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ZENIT Staff

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