Luchar contra el sida en Sudáfrica con sentido común

Entrevista con el obispo Hugh Slattery de Tzaneen

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TZANEEN, Sudáfrica, lunes, 14 enero 2007 (ZENIT.org).- El preservativo no es una solución efectiva en la lucha contra el sida y la situación en Sudáfrica lo comprueba, explica el obispo Hugh Slattery de Tzaneen, en una entrevista concedida a Zenit.

En la misma, el prelado sudafricano habla sobre el premiado documental «Sowing in Tears» (Sembrar entre lágrimas), en el que colaboró con el productor Norman Servais, de Metanoia Media.

El filme, en el que aparece también el cardenal Wilfrid Napier, arzobispo de Durban, Sudáfrica, ganó el Gran Premio del 22 Festival Internacional de filmes y multimedia «Niepokalanow 2007» y será seguido por otros tres documentales.

El documental refleja la situación de la provincia sudafricana de Limpopo. «La situación en esta provincia no es la peor –explica el obispo Slattery–. Pero es realmente mala en todo el país y sigue empeorando. La provincia de Limpopo es una de las más pobres del país. En la población adulta, de 15 años para arriba, el índice de sida ronda el 20% pero la mayoría de la población ignora su situación y sigue propagándolo a una velocidad alarmante».

El documental explica que la propagación del sida en el país se debe esencialmente a tres factores: falta de seguimiento de los jóvenes por parte de los padres, una política inadecuada y la influencia de grupos de interés externos. El obispo deplora sobre todo la falta de autoridad de los padres sobre los hijos.

«La transición a la democracia en este país ha traído libertad pero a un precio, especialmente entre los jóvenes –explica–. Se ha promovido de manera agresiva una cultura de los derechos humanos para todos, incluidos los niños. Los padres tienen la impresión de no tener ya ninguna autoridad sobre sus hijos y les dejan hacer lo que quieren. A veces, los chicos desafían a sus padres: «¡Si me tocas, se lo digo a la policía!»».

«El Gobierno aprobó una ley de aborto muy permisiva, a mediados de los años noventa, que permitía a las menores abortar sin el consenso de sus padres», subraya el prelado.

A pesar de la promoción del uso del preservativo que se ha hecho en las escuelas, hay un alto índice de embarazos entre las estudiantes, que llega a veces al 20%.

Según monseñor Slattery, los beneficios económicos de esta situación son reales ya que la industria del preservativo es un negocio multimillonario.

«Sudáfrica y los países vecinos de Botsuana y Suazilandia tienen el índice más alto de infecciones por vih/sida del mundo y también de distribución de preservativos», declara.

Para el prelado, «la conclusión es ineludible. Más preservativos se traducen en más casos de sida y más muertes. Por supuesto, es «políticamente incorrecto» aquí y en el mundo occidental incluso apuntar a la posibilidad de que los preservativos puedan de hecho estar propagando esta enfermedad mortal en lugar de disminuirla».

Las consecuencias, sin embargo, son dramáticas, aclara.

«Es muy probable que algunos niños crean que morirán de sida jóvenes. Pienso en los que han perdido a los padres y a otros familiares por esta enfermedad –explica monseñor Slattery–. Parecería que mucha gente ha empezado a aceptar los funerales del fin de semana como algo normal. Muchos de los que están siendo enterrados son jóvenes o de edad media, y en el pasado tales muertes eran consideradas inusuales».

«Hoy, a causa del sida, hay un profundo sentimiento de desesperanza y fatalismo en el rostro de todos. Hay mucho dolor y sufrimiento, silencio y vergüenza, cólera y culpabilidad, confusión y acusaciones en las familias y las comunidades».

El obispo sudafricano relata que a principios de este año, tras la misa, preguntó a un grupo de chicas de entre 11 y 15 años por sus sueños y sus temores para el futuro. Espontáneamente mencionaron que su mayor temor era contraer la enfermedad.

Así mismo señaló que la semana pasada, una joven, que colabora en una de las parroquias, dijo que fue al funeral de un pariente, el noveno familiar cercano que moría este año por el «virus».

«Sí, la muerte está seguramente rondando las mentes de muchos niños en nuestra situación», puntualiza monseñor Slattery.

«Nuestra sociedad está traumatizada y paralizada –añade– mientras que la pandemia sigue fuera de control y el número de huérfanos del sida y hogares a cargo de menores aumenta constantemente».

El obispo sudafricano explica que, como Iglesia, están tratando de «alzar el velo del secreto y negación del vih/sida y conseguir que la gente hable de ello abiertamente», lo cual, indica, es difícil, sobre todo con los varones. Subraya que hay un verdadero «lavado de cerebro» para hacer creer que realmente no hay ninguna crisis.

«Ellos ven que gran parte de la generación joven está muriendo pero se les dice que la gente se contagia de sida porque no usa el condón correctamente para tener «sexo seguro». Detrás de esto está la creencia generalizada de que la gente que muere de sida ha sido embrujada», explica monseñor Slattery.

El primer y decisivo paso, indica el prelado sudafricano, es tratar de convencer a la gente de que hay un problema, en realidad una crisis nacional. Este es el objetivo del primer dvd «Sowing in Tears».

El segundo paso es mostrar a la gente de una manera convincente que existe una respuesta y será objeto de un segundo dvd: «The Change Is On» (El cambio se está dando), en el que se muestra que la abstinencia antes y la fidelidad dentro del matrimonio detendrán rápidamente la propagación del sida.

El tercer dvd trata del cuidado de los enfermos y los huérfanos, y el último, del matrimonio y la familia como solución real a la pandemia del sida.

En el segundo filme, se muestra la lucha de Uganda contra el sida mediante la abstinencia.

«Uganda –comenta monseñor Slattery– fue el primer país que asumió una actitud fuerte contra la pandemia del sida desde principios de los años 90. El fuerte y claro liderazgo del presidente Museveni fue el elemento decisivo en la disminución del contagio del vih/sida, pasando de un 25% a un 6% en 2002».

El mandatario pidió «common sense» (sentido común) en lugar de «condom sense» (sensibilización hacia el condón), «cuando movilizó a su país promoviendo la abstinencia antes y la fidelidad en el matrimonio como valores culturales».

El presidente ugandés, recuerda el obispo, subrayó una vuelta a los valores tradicionales de la fidelidad y condenó el sexo pre y extramarital.

Uganda es hoy justamente un modelo para África, indica el prelado sudafricano aunque subraya que los medios occidentales no informan correctamente sobre la razón del éxito de Uganda.

Es falso, afirma, que la promoción del preservativo haya sido la causa.

Esto, unido a la «agresiva y deshonesta promoción del preservativo», son las principales razones por las que los demás países han sido más bien lentos a la hora de imitar a Uganda.

Por Carrie Gress, adaptado del inglés por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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