ROMA, 25 noviembre 2002 (ZENIT.org).- María se ha convertido en motivo de diálogo entre cristianos separados, según se ha podido constatar en el III Forum Internacional de Mariología, clausurado este domingo en la ciudad italiana de Lecco.
Organizado por la Academia Pontificia Mariana, la iniciativa ha sido alentada por Juan Pablo II, quien en un telegrama dirigido a los participantes desea que el acontecimiento «suscite un renovado fervor de los estudios mariológicos».
La figura de María ha sido analizada durante el encuentro desde el punto de vista bíblico, teológico, espiritual, litúrgico y ecuménico –aspecto este último que está convirtiéndose en novedoso–.
De hecho, en el Forum, en el que han participado teólogos y teólogas de los cinco continentes, se encontraban presentes algunos representantes de las comunidades cristianas surgidas de la Reforma.
El Forum de Lecco ha continuado, de este modo, con la reflexión ecuménica sobre María suscitada por el Grupo francés de Dombes, formado por teólogos católicos y luteranos (Cf. Groupe des Dombes, «Marie dans le dessein de Dieu et la communion des saints», Bayard Éditions-Centurion, 1999).
Entre los conferenciantes intervino el profesor Renzo Bertalot, pastor de la Iglesia valdesa, la más antigua disidencia cristiana de la Iglesia de Occidente surgida en Francia antes de que naciera Martín Luterio y sobrevivida hasta nuestros días.
El pastor, que es también consultor de la misma Academia Mariana, ilustró –citando al mismo Lutero– la manera en que María permitió la acción de Dios a través de su escucha y vida de la Palabra.
En declaraciones a Radio Vaticano, este lunes, Bertalot aclara el papel que hoy día desempeña María en el diálogo entre cristianos separados: «la figura de María es el último de los cinco puntos que el pontífice actual propone para los replanteamientos ecuménicos. En este punto, se ha recorrido un camino notable, pasando de la contraposición a las convergencias, es decir, examinando cuáles han sido los puntos difíciles y los que están siendo superados».
El pastor confiesa que se encuentra de acuerdo con la sugerencia del Grupo de Dombes, que él mismo resume con un lema: «es necesario que los protestantes descubran a María en la Biblia y que los católicos descubran la Biblia en María».
El ejemplo de María, según el pastor, es un mensaje para los hombres y mujeres de nuestro tiempo: «María, por ejemplo, en su camino hacia la casa de Isabel, nos puede decir que no perdamos de vista nuestra salvación, que no nos dejemos abatir por las condiciones de nuestro tiempo, pues entre otras cosas María también las conoció: la huida a Egipto…».
«María siempre ofrece el mensaje de no dejarnos arrastrar por todo esto y poner como punto de partida la promesa de Abraham que de todos modos se realiza. Es más, para nosotros se cumple. Así nos permite experimentar la alegría expresada en el «Magnificat», nos muestra el horizonte del Reino de Dios que viene y no el del reino de la confusión en que nos encontramos hoy. Es una respuesta a la desesperación de nuestro tiempo».
