Mártires cristianos, patrimonio de la Iglesia y de la humanidad

Intervención de monseñor Edward Novak

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 15 diciembre 2004 (ZENIT.org).- Debido a los valores que han encarnado, hasta el sacrificio de su vida, los mártires cristianos no sólo son patrimonio de la Iglesia sino de toda humanidad, afirmó monseñor Edward Novak, secretario de la Congregación para las Causas de los Santos.

Este es el nodo central de la intervención realizada por monseñor Novak, el pasado 9 de noviembre, con ocasión de la inauguración del nuevo año académico del «Studium» de la Congregación para las Causas de los Santos, celebrada en el Instituto Patrístico Augustinianum.

El «Studium», que el año pasado cumplió veinte años de su inauguración, fue creado ante la necesidad de formar personas especializadas para llevar adelante una causa de canonización, desde las primeras fases. Hasta el año pasado, los estudios han sido realizados por más de 1.600 personas.

El texto de la introducción, con el título en italiano «La Iglesia es nuevamente la Iglesia de los mártires», ha sido distribuido en un pequeño volumen con la edición de «L’ Osservatore Romano» en italiano del pasado 8 de diciembre.

«El siglo apenas acabado fue presentado como tiempo de numerosísimos mártires –observó el prelado–.Algunos historiadores, afirman que, en el siglo XX, el cristianismo ha experimentado la más grande persecución de su historia».

Según Juan Pablo II, «al final del segundo milenio, la Iglesia es de nuevo Iglesia de mártires, las persecuciones contra los creyentes, sacerdotes, religiosos y laicos han producido una gran siembra de mártires en diversas partes del mundo».

«Con seguridad, puedo afirmar que, desde siempre, el martirio ha formado parte de la vida de la Iglesia», subraya Novak, citando por ejemplo la persecución del pueblo armenio, los mártires mexicanos y españoles, el período nazi y el del comunismo, así como el actual.

Según el prelado «los mártires son, en primer lugar, un valor inestimable y precioso en sí mismo para la misma Iglesia. En segundo lugar, son portadores de un gran mensaje. Su martirio es sobre todo el testimonio de la fe y de la Iglesia».

«En especial, el mártir es un testigo que ha iniciado el seguimiento de Cristo, hasta la entrega de la vida, para atestiguar la verdad del Evangelio».

Novak constata que el martirio es «un escándalo, el absurdo, la paradoja del cristianismo. De un mártir asesinado, nacían otros fieles, centenares, miles. ¡No existe una explicación razonable! Quizá existe una, es decir la persona de Cristo, su derrota en la cruz, que ha generado el cristianismo, y millones y millones de cristianos en toda época».

El secretario de la Congregación para las Causas de los Santos concluyó precisando que «los mártires son también un gran patrimonio de la humanidad. Estas personas, en el lenguaje civil, son héroes de la sociedad».

«Encarnan valores de civilidad, fidelidad, solidaridad, primado de la conciencia, primado del ser sobre el tener, del heroísmo hasta la muerte, del perdón y de la ayuda», afirmó.

«Por ello, son las páginas más hermosas y verdaderas de la historia. No sólo las de la Iglesia sino también de la humanidad», concluyó.

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ZENIT Staff

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