GUADALAJARA, domingo, 17 octubre 2004 (ZENIT.org–El Observador).- En una mañana fresca de domingo, miles de jóvenes, adolescentes la mayoría, renovaron su compromiso apasionado con Jesús Eucaristía.
Concluyó, con ese compromiso misionero, uno de los actos más llamativos del 48º Congreso Eucarístico Internacional: la participación de los jóvenes, a quienes el Papa Juan Pablo II llama «centinelas de la esperanza», los precursores del mañana.
El acto que reunió a más de 25 mil jóvenes en la explanada frontal de la Basílica de Zapopan, consistió en una jornada de adoración, alabanza, música y reflexión sobre el Santísimo Sacramento; una adoración pública de la juventud mundial en torno a Cristo Eucaristía
Se pretendió, por parte de los organizadores del Congreso, crear un espacio especial para la participación de los muchachos y muchachas en este evento eucarístico, mediante la oración, la fiesta y el compartir la fe, para que manifestaran públicamente la alegría del encuentro con Jesús Eucaristía.
Los jóvenes provenientes de toda la República Mexicana, Estados Unidos de Norteamérica y los países centroamericanos pernoctaron en la Plaza de las Américas, y muy temprano en la mañana del domingo, renovaron el compromiso de ser misioneros y evangelizadores desde la Eucaristía para el mundo.
El acto comenzó a las diez de la mañana del sábado. Hubo un festival cultural con cantautores católicos y grupos musicales de la ciudad, como la muy célebre banda Cuisillos, en el Foro Alterno, propiedad de la Universidad de Guadalajara.
Tras una peregrinación por las avenidas de Zapopan, a las cinco y media de la tarde tuvo lugar la catequesis ya en Plaza de las Américas, dirigida por el cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina.
Tras la catequesis y la celebración Eucarística, presidida por el cardenal Jozef Tomko, Legado Pontificio, hubo un segundo momento de animación y música (animada por cantautores católicos), así como momentos de oración.
Y en punto de las once de la noche comenzó la Adoración al Santísimo Sacramento (exposición y peregrinación del Santísimo por la plaza). De las medianoche a las seis de la mañana del domingo, los jóvenes, por turnos de una hora, velaron al Santísimo.
Finalmente se celebró una misa de clausura presidida por el obispo Francisco Moreno Barrón, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Juvenil del Episcopado Mexicano, quien fue el encargado de tomar en sus manos el compromiso de la juventud a favor por anunciar con entusiasmo a Cristo en el mundo.
