Masacre en la iglesia de Bojayá: La Iglesia junto a los colombianos

Declaraciones de monseñor Jaramillo, presidente del episcopado

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ROMA, 9 mayo 2002 (ZENIT.org).- En medio de ataques mortales contra obispos, sacerdotes, y fieles refugiados en iglesias, el líder del episcopado colombiano asegura: «La Iglesia católica seguirá al lado de todos los colombianos, de todos sin distinción».

«La paz no se construye con la violencia ni con las armas», añade monseñor Alberto Giraldo Jaramillo, presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, en declaraciones concedidas este jueves al diario Avvenire.

Tras la masacre de la iglesia de Bojayá (Chocó), se enterraron con urgencia a 117 personas (en el templo había 300 personas) en una fosa común. Algunos heridos leves se han gangrenado por falta de atención médica. La población este jueves se alzó desierta, sus habitantes habían huido. Sólo caminaban por las calles los soldados.

Según el director de Pastoral Social de la diócesis de Quibdó, Albeiro Parra, no se pudieron verificar identidades de los muertos, ni asegurar las normas sanitarias mínimas para un caso como éste.

«Como no había posibilidad de que la Fiscalía llegara a realizar los levantamientos de cadáveres, tocó enterrar los cuerpos así», aseguró Parra. «Van 117, pero van a seguir aumentando».

Por otra parte, la situación de los heridos era muy grave porque aunque las lesiones en un primer momento eran leves, con el paso de los días se han complicado debido a que hay bombardeos y no se puede llevar hasta allí la ayuda humanitaria, ni sacar a la gente.

Por si fuera poco, el hambre se está empezando a sentir en toda esta región del Chocó, pues a una vasta zona no entran alimentos desde el 21 de abril, debido al bloqueo de los grupos armados.

El arzobispo explica así los últimos ataques: «Creo que la guerrilla quiere desarmar la voluntad de los colombianos, evitar que se hagan más fuertes de modo que sean fácil presa de sus acciones desconsideradas».

«Nosotros seguiremos estando cercanos a nuestra gente, seguiremos reuniéndolos en la oración, no dudaremos en denunciar las injusticias, las represalias, las masacres. Estaremos siempre a su lado. La Iglesia no abandonará nunca a los colombianos. Las FARC y los paramilitares están yendo por la vía equivocada para el logro de la paz y la justicia».

«No quiero pensar que el ataque a la iglesia de Boyacá haya sido realizado a propósito. Pero los hechos, por desgracia, demuestran lo contrario», concluye el arzobispo de Medellín.

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ZENIT Staff

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