Matrimonio, eutanasia, laicismo… Respuestas a cuestiones disputadas

Los argumentos en un libro recién publicado

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MADRID, miércoles, 4 octubre 2006 (ZENIT.org).- Matrimonio, eutanasia, papel de la religión en la sociedad… Temas que están en el tapete del debate mundial, ante los que en ocasiones los católicos adolecen de propuestas.

Para llenar esta laguna la doctora María Lacalle Noriega, profesora de Derecho de Familia, acaba de publicar, junto con los profesores José Ángel Agejas Esteban y José Carlos Abellán Salort el libro titulado «Cuestiones disputadas de la vida en sociedad». editorial Vozdepapel (http://www.vozdepapel.info).

En esta entrevista concedida a Zenit, la doctora Lacalle explica la necesidad de esta obra.

–¿Cuáles son las «cuestiones disputadas de la vida en sociedad» que afrontan en este libro?

–Lacalle: Abordamos algunas cuestiones que desconciertan y preocupan a la sociedad actual. En primer lugar, hablamos del matrimonio como institución natural, fundamento del orden social, y de la inmensa importancia que tiene la familia tanto para el individuo como para la sociedad. Además, explicamos por qué no se puede hablar de matrimonio entre personas del mismo sexo.

En segundo lugar hablamos de la eutanasia y de la vida dependiente en general. ¿Es la eutanasia una opción socialmente aceptable? ¿Es la solicitud de eutanasia la de un individuo realmente autónomo, o es, más bien, un grito de desesperación? ¿Qué intereses políticos, económicos y sociales están detrás de esta posición ante las situaciones de dependencia?

En tercer lugar, analizamos el papel de la religión en la configuración de la sociedad. ¿Cómo han sido, cómo son y cómo deberían ser las relaciones entre Iglesia y Estado, fe y política, religión y cultura? En estos momentos por un lado de laicismo beligerante que estamos viviendo en España y en los países de tradición cultural cristiana occidental, y por otro, ante la identificación entre religión y política de la mayoría de los países de tradición islámica, es muy conveniente reflexionar sobre la gran aportación del cristianismo a la cultura occidental. Dicha aportación podríamos sintetizarla en dos claves: la distinción entre religión y política —entre Dios y el César— como dos órdenes relacionados, pero distintos, y la relación esencial que existe entre religión, cultura, y formas de convivencia.

–Entonces, ¿qué buscan con este libro?

–Lacalle: Nuestro objetivo es, precisamente, proporcionar a los lectores argumentos, consideraciones y testimonios suficientes para que puedan formarse un juicio crítico. Creemos que esto es muy necesario.

Por ejemplo, recientemente hemos vivido unos meses de encendido debate acerca de la ley que permite contraer matrimonio a personas del mismo sexo. Pero la mayoría de la gente sigue sin tener una opinión fundada al respecto. En el discurso público hoy predomina el sentimentalismo y se renuncia a formular preguntas fundamentales, y, por consiguiente, tampoco es capaz de encontrar respuestas racionales. Lo mismo que ha ocurrido con el debate sobre el mal llamado «matrimonio» homosexual ocurre con la eutanasia y con el laicismo que se nos está imponiendo de la manera más totalitaria. Faltan respuestas porque ni siquiera hay preguntas. La sociedad vive adormecida, a expensas de la voluntad de grupos ideológicos de presión o de poder, y de lo que los medios de comunicación quieran propagar.

–¿Podemos decir, por tanto, que el libro ofrece criterios para formarse juicios acertados sobre estos temas?

–Lacalle: Efectivamente, lo que pretendemos es contribuir de alguna manera a la formación de nuestros lectores, proporcionando, como he dicho antes, argumentos racionales que les ayuden a buscar la verdad sobre estas «cuestiones disputadas». Las sociedades cuyos miembros carecen de formación se convierten en sociedades sometidas al capricho de quienes manipulan a las mayorías e imponen sus apetencias sin ninguna oposición. Como recuerda el profesor Ángel Sánchez Palencia en el prólogo del libro, esto ya lo advirtió Juan Pablo II en la Encíclica «Fides et ratio» al hablar sobre el funcionamiento de las sociedades occidentales, en las que «se ha ido afirmando un concepto de democracia que no contempla la referencia a fundamentos de orden axiológico y por tanto inmutables. La admisibilidad o no de un determinado comportamiento se decide con el voto de la mayoría parlamentaria. Las consecuencias de este planteamiento son evidentes: las grandes decisiones morales del hombre se subordinan, de hecho, a las deliberaciones tomadas cada vez por los órganos institucionales».

–¿A quién va dirigido el libro?

–Lacalle: Al escribir el libro teníamos «in mente» a nuestros alumnos de la Universidad. No se trata, por tanto, de un libro para eruditos, sino expositivo y didáctico, una obra que pretende ser asequible, amena y fácil de leer. Hemos tratado de conjugar rigor y seriedad con un estilo fácil, dinámico y muy pedagógico. Se puede decir que este libro está dirigido a cualquiera que tenga inquietud por cargarse de razones y argumentos en las cuestiones que tratamos.

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ZENIT Staff

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