"¡Me tambaleo pero no me rindo!"

Sor Cristina Acquistapace, con síndrome de Down, cuenta que es «una mujer feliz, realizada y contenta, con una misión particular» en la vida

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

Tiene 41 años y nació con síndrome de down. Hoy, sor Cristina Acquistapace ha ganado el premio Una Vida por la Vida concedido por la Facultad de Bioética del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum.

Cristina entra en el Ordo Virginum en el 2006 con 33 años, haciendo su consagración en las manos del obispo de Como, monseñor Alessandro Maggionlini. La vocación maduró con una experiencia misionera en África, hecho con una tía monja en Kenya.

Quien habla con ella ve una persona mansa, gentil, alegre. Cristina es mucho más, es un testimonio viviente de qué significa ser una enviada en el mundo por Dios.

Durante la jornada que precede a la Marcha por la Vida organizada por la Facultad de Bioética del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, hemos entrevistado a sor Cristina para conocerla mejor.

***

Cristina, ¿se da cuenta de ser un gran ejemplo y una luz que puede iluminar la vida de muchas personas?
— Sor Cristina: Soy una mujer sencilla de 41 años que cree en la vida. He sido muy afortunada porque mi familia no ha reducido mi enfermedad a mi persona sino que ha creído en el maravilloso don de Dios. La vida es un don y va vivida como un don. He vivido junto a mi familia una vida difícil, amarga, dolorosa, pero esto no nos ha impedido vivir la vida como un don, aceptando los propios límites y aprovechando los talentos que el Señor me ha donado. Cada uno de nosotros tiene los requisitos para aceptar las dificultades. Debemos ir adelante a pesar del cansancio. Yo pienso a menudo en el cansancio que sufrió nuestro Señor Jesucristo y esto me da la valentía de ir adelante en mi camino, teniendo los ojos fijos en la meta que debo alcanzar. En definitiva, la vida es un viaje al cuál todos son llamados, es un camino para todos y de todos, a pesar de cómo se nace y se viene al mundo.

¿Es usted una persona feliz?
— Sor Cristina: Sí, soy una mujer feliz, realizada y contenta, con una misión particular. Con esto no quiero decir que no haya sufrido, pero los sufrimientos forman parte de la vida. En el 2008 sufrí un virus que atacó mi sistema inmunitario. Desde entonces tengo grandes dificultades para caminar y no tengo ya el control de mis piernas.

Ha dicho que está en el mundo con una misión, ¿podría decirnos cuál es?
— Sor Cristina: Vivir la vida a pesar de todo, superando las dificultades diarias. Quiero vivir mi vocación dentro de mi familia, de mi parroquia y de la sociedad.

¿Cómo es su vida de todos los días?
— Sor Cristina: Continúo viviendo en familia. Tengo una hermana casada que tiene dos niños maravillosos y un hermano. He tenido que dejar mi trabajo a media jornada en una escuela por los problemas de salud pero ahora estoy un poco mejor y he podido dejar la silla de ruedas para comenzar a caminar con el bastón, aún me cuesta mucho. Desde hace un año tengo un perro y estoy muy contenta de poder ocuparme de él, ha sido un verdadero incentivo para ir adelante y ahora me estoy organizando para hacer un nuevo trabajo, quisiera abrir un dog sitter (cuidadora de perros) en mi casa.

Cristina, ¿qué diría a las mujeres que quieren interrumpir el embarazo porque descubren que tienen un niño down?
— Sor Cristina: Dios no ha creado la discapacidad como algo que pudiera hacernos mal, sino que ha querido dar a algunos la posibilidad de comprender el verdadero sentido y el verdadero valor de la vida, a través de personas muy especiales a las que ha dado la tarea de ser luz para el mundo. Yo soy contraria al aborto, pero no soy quien para juzgar a quien lo hace. Más bien, si rezo dos veces por una madre que tiene la valentía de llevar adelante su embarazo a pesar de todo, rezo 6 veces más por una madre que con esta valentía no lo consigue. Todos tienen el derecho de nacer, de venir al mundo, de darse a conocer y demostrar qué son capaces de hacer. Todos somos hijos de Dios, aún si somos imperfectos. En el fondo la raza perfecta no existe.

¿Cómo ha cambiado su vida desde el momento en el que se ha consagrado?
— Sor Cristina: Mi vida no ha cambiado, soy yo la que he cambiado. Mi corazón y mi fe han cambiado. Mi interior ha cambiado, lo demás se ha quedado igual. He cambiado mi modo de relacionarme con la vida y de ver las cosas con ojos diferentes, con una actitud diferente y con una conciencia diferente.

¿Cuál es  el slogan de Cristina?
–Sor Cristina: El primero es de papa Juan Pablo: «tomad vuestra vida y haced una obra maestra», el segundo es mío personal: «¡tambaleo pero no me rindo!»

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

Maria Maset

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación