Médicos católicos: Holanda permite matar sin consentimiento (a niños y a adultos)

Reacción a la aprobación de la eutanasia sobre menores de doce años

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ROMA, viernes, 3 septiembre 2004 (ZENIT.org).- La eutanasia, en particular de niños, en Holanda acabará con vidas humanas sin su consentimiento, advierten médicos católicos.

La Federación Internacional de las Asociaciones Médicas Católicas ha publicado un comunicado en respuesta a la decisión de permitir la eutanasia en niños menores de doce años.

La Justicia de ese país ha permitido al Hospital Universitario de Groningen inducir la muerte a niños de corta edad cuando padezcan una enfermedad incurable y un sufrimiento insoportable.

Esta iniciativa, afirma el documento, «constituye otra violenta laceración de los fundamentos de nuestra convivencia en sociedad».

«Oficialmente el objetivo es terminar con un «sufrimiento insoportable»; en realidad, se permite matar a personas humanas sin su consentimiento», afirma el comunicado, firmado por el doctor Gian Luigi Gigli, presidente de la Federación.

«Esto sucede en una sociedad –la holandesa– en la cual la eutanasia en adultos se ha realizado legalmente incluso en personas con depresión y donde, como ha sido documentado en estudios oficiales, existe ya una ilegal pero tolerada eutanasia llevada a cabo por médicos en pacientes que no han dado su consentimiento», afirma el comunicado.

«La decisión propone una solución de muerte ante situaciones que podrían afrontarse con cuidados paliativos modernos», reconocen los médicos católicos.

«Además, la decisión levanta sospechas sobre los intereses económicos de las autoridades públicas, ya que disminuye la «carga» de prolongados y caros cuidados en situaciones clínicas en las que cualquier extensión de la vida se considera un sinsentido», denuncia el comunicado.

«Lo que es peor es que se abre la puerta, en una escala nacional, a matar por «piedad» a deficientes mentales sin su consentimiento, con razones basadas en una apreciación externa de su calidad de vida», reconoce la Federación de médicos católicos.

«En la misma dirección va la decisión, conocida este 26 de agosto, de la Corte Suprema de Kentucky, en la que se confería autoridad legal al estado de Kentucky para terminar con la vida de un ciudadano del mismo», sigue diciendo el comunicado.

«Era el caso de un varón negro retrasado mental, Matthew Woods, que fue conectado a un respirador tras un paro cardiaco a la edad de 54 años. El estado requería permiso para retirar su soporte vital, contrariamente a los deseos de su tutor», informa.

«Aunque Woods murió por causas naturales durante el proceso, la Corte se manifestó sobre la legalidad de la petición del estado debido a las cuestiones legales implicadas. Antes de su muerte natural, Woods nunca se había manifestado a favor de la suspensión de su soporte vital», recuerda el comunicado.

En el texto, «los médicos católicos hacen un llamamiento a sus colegas, los médicos aún comprometidos con el Juramento Hipocrático, para que experimenten el imperativo moral de contrarrestar la pendiente deslizante que, paso a paso, permiten las autoridades públicas para tomar decisiones sobre vidas que valen la pena vivirse».

«El paso siguiente será la Ley de Capacidad Mental del Parlamento británico», advierten los médicos católicos y «el intento por parte de autoridades locales de cambiar el Código Ético de los médicos belgas».

«Los riesgos de tales actitudes, en términos de violencia y discriminación, deberían ser evidentes para los médicos y llamarles a la resistencia y a la lucha», concluye el comunicado.

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ZENIT Staff

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