Mensaje de Juan Pablo II para el patriarca Alejo II de Moscú

El líder ortodoxo insiste en los problemas que experimenta el diálogo

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MOSCÚ, 21 febrero 2003 (ZENIT.org).- El nuevo nuncio apostólico en Rusia, el arzobispo Antonio Mennini, cumplió este jueves con la primera visita oficial al patriarca de Moscú y de toda las Rusias, Alejo II.

Mennini entregó al patriarca un mensaje de Juan Pablo II del que no se ha revelado el contenido. En el encuentro, según revela un comunicado oficial, «examinaron las principales cuestiones de interés para las dos Iglesias».

Alejo II expresó nuevamente su «preocupación» por los dos problemas que, según su punto de vista, turban las relaciones con Roma: la «continua práctica del proselitismo católico en Rusia» y la «penosa situación de los ortodoxos en Ucrania occidental, donde desde hace 10 años los greco-católicos han devastado tres diócesis ortodoxas».

Se trata de la controversia sobre los católicos de rito oriental, particularmente numerosos en la región de Ucrania que tiene por centro Lvov.

Después de la conquista soviética de la región, en 1944, la Iglesia católica de rito oriental fue suprimida por orden de Stalin. Muchos sacerdotes que se negaron a «convertirse» a la Ortodoxia fueron asesinados o deportados, incluido el metropolita Josyf Slipyj (después liberado por Nikita Jruchov, y fallecido en Roma).

Tras la caída del régimen soviético, los católicos de rito oriental han renacido –su metropolita es el cardenal Lubomir Husar–, y han obtenido la restitución de edificios de culto, a lo que en ocasiones se ha opuesto el patriarcado de Moscú.

A pesar de las controversias, Alejo II y monseñor Mennini desearon «la colaboración de las dos Iglesias, la continuación del diálogo entre ellas y eliminar los obstáculos que todavía hoy se dan en su camino».

El patriarca añadió que «actualmente las dos Iglesias dejan todavía mucho que desear».

Según ha explicado a Zenit Igor Vyzhanov, portavoz del patriarcado ortodoxo y testigo del encuentro, la conversación fue «puramente diplomática» de modo que de la misma es «muy difícil esperar decisiones que pudieran cambiar las relaciones entre las dos Iglesias».

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ZENIT Staff

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