Mensaje final del Sínodo: «La Eucaristía, pan vivo para la paz del mundo»

Se publicará este sábado

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 21 octubre 2005 (ZENIT.org).- «La Eucaristía, pan vivo para la paz del mundo» es el título del «mensaje» final que publicará este sábado el Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía.

El documento, de 17 páginas y 26 párrafos, traducido en cinco idiomas (la versión original es en francés), fue discutido en la mañana de este viernes por la asamblea general, que aportó algunas modificaciones.

Estos cambios estaban siendo efectuados en la tarde del viernes por la Comisión encargada de su redacción, presidida por el cardenal Marc Ouellet, P.S.S., arzobispo de Québec (Canadá).

En un «briefing» concedido este viernes a los periodistas se ilustraron algunos de los puntos centrales de este texto, que comienza con un saludo a los diferentes estados de vida y ministerios en la Iglesia, aclarando que el mensaje busca ante todo dar impulso a la pastoral eucarística en la Iglesia.

Se agradece a los «hermanos de las Iglesias orientales» su participación y se expresa el deseo de que «llegue el día de la plena unidad visible de la Iglesia».

Los obispos expresan su reconocimiento a Juan Pablo II, quien ideó este Sínodo y lo preparó con el Año de la Eucaristía, y a Benedicto XVI, que ha seguido su preparación inmediata y su desarrollo.

Monseñor Giorgio Constantini, portavoz para los periodistas de lengua italiana, explicó que el documento recuerda los «sufrimientos del mundo, como el hambre, la pobreza y las injusticias, los desastres naturales, las guerras, las situaciones difíciles en África y Oriente Medio».

Los padres sinodales lamentan la indiferencia religiosa de Occidente y hacen un llamamiento a los responsables de las naciones para que se preocupen por la dignidad de los individuos, defiendan la vida desde su concepción, y promuevan el progreso humano y social.

El mensaje registra los motivos de consuelo actuales para la vida de la Iglesia: la renovada conciencia de la misa dominical, el aumento de las vocaciones de sacerdotes y religiosos en muchas zonas del mundo, el descubrimiento y profundización en la fe de muchos jóvenes –reconocimiento de la obras de las Jornadas Mundiales de la Juventud–.

Se habla también de los abusos y se hace una advertencia, referida por monseñor Constantini: que «nadie se considere dueño de la liturgia de la Iglesia», sino que todos, empezando por los obispos y sacerdotes, se esfuercen por recuperar el sacramento de la Reconciliación.

El Sínodo pide a los fieles coherencia pública con lo que profesan y que promuevan activamente la pastoral de las vocaciones sacerdotales.

Se reafirma la imposibilidad del acceso a la comunión sacramental para los divorciados que han vuelto a casarse, argumento que ha creado particular interés entre los medios de comunicación.

Durante la discusión de este viernes sobre el mensaje, varios obispos ofrecieron aportaciones para que la redacción manifestara todo el reconocimiento de la Iglesia por sus sufrimientos y frustraciones interiores.

Los padres sinodales invitan a estas parejas a no sentirse excluidas de la vida de la Iglesia y a participar en la misa dominical y en la escucha de la Palabra de Dios.

El mensaje concluye con dos imágenes: la de los cristianos del siglo IV, en particular la de los mártires de Abitene, en el Norte de África, quienes clamaron: «Sin el domingo no podemos vivir» y la de los discípulos de Emaús.

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ZENIT Staff

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