México: arzobispo condena los actos de violencia en Oaxaca

“Algunos no quieren que se descubra la verdad ni la corrupción”

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OAXACA, martes 22 de febrero de 2011 (ZENIT.orgEl Observador).- El arzobispo de Antequera-Oaxaca, monseñor José Luis Chávez Botello, emitió un comunicado sobre los hechos de violencia que se han suscitado en la capital del Estado de Oaxaca, envuelta en un conflicto entre las autoridades civiles y los grupos de maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

El prelado mexicano señaló que “una vez más, los hechos violentos de esta semana nos gritan que algunos no quieren el bien de la sociedad, no quieren sumarse a impulsar una etapa mejor para Oaxaca, no quieren que se descubra la verdad ni la corrupción”.

“La sociedad necesita conocer la verdad sobre estos hechos violentos para saber a quienes apoyar y a quienes reprochar; tanto el Gobierno como el Magisterio requieren el apoyo sentido de la sociedad pero solo en lo que abona a la justicia, a la unidad y al bien común. No se vale exigir conocer la verdad y quedar indiferentes sin apoyar a quienes la buscan y la defienden; sería también una vergüenza solapar la corrupción y la violencia con la impunidad”, dijo monseñor Chávez Botello en su comunicado.

El fin de semana pasado grupos del magisterio enfrentaron a autoridades policiacas dañando personas, a la economía local y al turismo; también fueron dañadas diversas iglesias antiguas de la provincia de Antequera-Oaxaca, con un inestimable valor artístico y litúrgico

Ante estos hechos, la Iglesia católica, en voz del arzobispo Chávez-Botello, subrayó que “es a la sociedad a la que deben presentar disculpas quienes la han dañado destruyendo el patrimonio cultural, pisoteando los derechos de terceros o permitiendo impunidad pero, sobre todo, ofrecer disculpas con la enmienda de actitudes destructivas y reiterativas. Es un llamado a todos para revisarnos, corregirnos y para mejorar”. 

“Una señal clara de que queremos el bien de nuestra sociedad, sería erradicar toda expresión de violencia física, mental, emocional y verbal por parte de todos; no permitir incitadores provocadores ni intolerantes represores, no tolerar vándalos delincuentes ni autoridades revanchistas. Si queremos todos el bien de Oaxaca, nadie debe cobijar pensamientos, discursos, actitudes, acciones o personas que denigran la armonía, la dignidad, el respeto, la justicia y la paz. No se puede exigir lo que no se está dispuesto a dar” señaló el arzobispo Chávez Botello en la parte medular de su comunicado. 

Oaxaca es una entidad ampliamente visitada, sobre todo por turistas europeos y estadounidenses, sin embargo, “la violencia, a diferentes niveles, por años ha significado para Oaxaca uno de los costos más caros, inútil y pernicioso en lo económico, en lo moral y en lo socia”, señaló monseñor Chávez Botello, quien añadió que “no pocas veces la violencia suele ocultarse en la mentira y, a veces, es alimentada por la corrupción. La búsqueda auténtica de paz social siempre se manifiesta en un proceder apegado a la verdad y a la justicia más que a discursos, gritos o fuerza física; esto nos exige a todos ser más responsables, propositivos, proactivos y constructivos”. 

Finalmente, el arzobispo de Antequera-Oaxaca expresó que “la violencia y la corrupción no llegan solas, sus propagadores son hombres y mujeres concretos sin valores y sin escrúpulos. La violencia y la corrupción no se erradicarán en Oaxaca solo hablando de ellas o quejándonos; llegarán hasta donde quiera la sociedad pero requieren un verdadero compromiso-pacto de todas las fuerzas y sectores de la sociedad. El gobierno tiene un deber irrenunciable pero la sociedad tiene la palabra decisiva, la última palabra”.

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ZENIT Staff

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