México: los obispos exigen el esclarecimiento del homicidio del P. Gregorio

El cuerpo del sacerdote fue encontrado con un impacto de bala en la cabeza. Había sido secuestrado por hombres armados el pasado 21 de diciembre

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Los obispos de México han exigido este viernes a las autoridades el «esclarecimiento» de la muerte del padre Gregorio López Gorostieta, «quien perdiera la vida de forma injusta y violenta», y se han unido a la pena que embarga a Mons. Maximino Martínez Miranda, a la diócesis de Ciudad Altamirano, al Seminario Mayor «La Anunciación» y a la familia López Gorostieta por el sensible fallecimiento.

El sacerdote, más conocido como «padre Goyo», fue secuestrado por hombres armados el pasado 21 de diciembre. Tras una tensa espera, marchas y diferentes llamamientos por parte de la Iglesia mexicana, su cuerpo fue encontrado sin vida la tarde del 25 de diciembre, con un impacto de bala en la cabeza.

En un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dice: «Exigimos a las autoridades el esclarecimiento de éste y de los demás crímenes que han provocado dolor en tantos hogares de nuestra patria, y que se castigue conforme a derecho a los culpables». «Haciéndonos eco del sentir de muchos mexicanos, repetimos: ¡Basta ya! No queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desparecidos», añaden los prelados.

«Nos unimos a la pena que embarga a S.E. Mons. Maximino Martínez Miranda, a la Diócesis de Ciudad Altamirano, al Seminario Mayor “La Anunciación” y a la familia López Gorostieta por el sensible fallecimiento del P. Gregorio López Gorostieta, quien perdiera la vida de forma injusta y violenta», señala el episcopado.

«Confiados en la vida nueva y eterna que Dios nos ofrece en Jesús, nacido en Belén para salvarnos, pedimos al Señor que conceda al P. Gregorio el eterno descanso y fortalezca con la esperanza cristiana a sus familiares, a los seminaristas, a los formadores, a S.E. Mons. Maximino y a toda la Iglesia que peregrina en Ciudad Altamirano», prosigue la nota. 

Por último, invocando la intercesión de Santa María de Guadalupe, los obispos renuevan su invitación a la unidad «para pedir a Dios por la conversión de todos los mexicanos, especialmente de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte, y para que todos nos comprometamos a ser agentes en la construcción de un México justo, reconciliado y en paz».

Un estudio elaborado por la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial (CCM), que abarca los últimos 24 años, revela que México es el país más peligroso para los sacerdotes en América Latina.

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ZENIT Staff

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