México: reforma constitucional en Durango defiende la vida desde la concepción

La nueva legislación protege a los hijos y a la madre

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DURANGO, jueves, 9 abril 2009 (ZENIT.org-El Observador).- El Congreso del Estado de Durango, México, aprobó una reforma constitucional que defiende la vida desde la concepción y establece la protección de los hijos y la madre. 

Con 27 votos a favor y uno en contra, el Congreso del estado de Durango aprobó la reforma al artículo primero de la Constitución local que reconoce, protege y garantiza el derecho a la vida de todo ser humano, desde el momento de la fecundación y hasta la muerte natural, con lo que se suma a las entidades cuya carta magna local establece de manera expresa ese derecho fundamental.

 

La reforma constitucional -informa a ZENIT desde Durango Óscar Sánchez–, aprobada por mayoría calificada en sesión de pleno cameral, protege a los hijos –desde la etapa primaria de desarrollo-  y a la madre, a quien se le otorga garantía constitucional del Estado de defender el desarrollo del hijo por nacer. 

Los diputados durangueses subrayaron al aprobar el dictamen que no se trata de una opinión, de un postulado moral o de una idea filosófica, sino de una verdad experimental: después de la fecundación un humano ha comenzado a existir. 

En el dictamen de aprobación se dice también que elevar a rango de carta magna la defensa de la vida desde el momento de la fecundación, es un acto constitucional y está en línea con acuerdos, tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por el Estado mexicano, como la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, conocido como el Pacto de San José; la Convención sobre los Derechos del Niño y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 

Todos estos acuerdos internacionales, cita el dictamen aprobado, establecen que toda persona tiene derecho a que se le  respete la vida a partir del momento de la concepción; subrayan que todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y a la seguridad de las personas; sobre todo hacen énfasis en que el derecho a la vida es inherente a la persona humana y que el derecho a la vida está protegido por la ley y nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente. 

Se dejó en claro que el aborto no es la solución al problema de embarazos no deseados. Las mujeres que por alguna circunstancia se ven en una situación de ese tipo, enfrentan serios problemas después de haber interrumpido el embarazo. 

Los diputados locales, cuyos votos mayoritarios hicieron posible el dictamen de la reforma aprobada, enfatizaron lo establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño, que  indica: «por falta de madurez física y mental, el niño necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento». 

El propósito de la reforma, cita el dictamen aprobado en la sesión cameral, no es otro más que el sentar la base del respeto al derecho a la vida, proveer de la protección constitucional a ese derecho, «protección que no debe estar a discusión por cuestiones o intereses ajenos al servicio público». 

En otra parte de la exposición de motivos del dictamen aprobado se hace referencia a la  pregunta que se formularon los propios diputados: ¿por qué llevar a cabo un cambio legislativo de esta naturaleza? Su respuesta fue que no hay en la Constitución Federal ni en la local un artículo en el que de manera expresa se garantice la protección inalienable del derecho a la vida desde el momento de la fecundación, por lo que esta inclusión textual de la defensa de ese derecho fundamental evitará interpretaciones en contra de la vida misma. 

Esta reforma, indicaron los diputados, representa la voz de los duranguenses, que clama por su derechos, principalmente el de vivir, sin el cual no podría exigir ninguno y sin su protección desde la fecundación quedaríamos expuestos a arbitrariedades ejecutadas por intereses ajenos a la esencia misma de ese derecho que es vivir. 

La mayoría de los diputados dejaron en claro que si no se garantiza el derecho a vivir del ser humano desde la fecundación a través de la Constitución política del Estado, se condena a los seres humanos a depender para vivir de voluntades externas ya que no se puede defender ni garantizar lo que la propia constitución no señala de manera clara y contundente.

En la parte de la argumentación científica, fue citada la doctora María Cristina Márquez Orozco, licenciada en Biología por la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien dijo que sí es posible fijar la edad en la que se adquiere o se tiene la condición de humano, la cual se da cuando ocurre la fecundación «ya que es entonces que se inicia el desarrollo de un ser humano con genes propios que determinan su condición de ser humano único e irrepetible, que la dan individualidad».

Durango es el quinto de los 31 estados del país que adopta una legislación similar –es decir, que protege la vida desde la concepción hasta la muerte natural– en contrario a lo que hizo el Distrito Federal (el territorio-Estado número 32) al haber adoptado, hace exactamente dos años (abril de 2007) la modalidad de despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación.

Esto es importante, puesto que la izquierda, representada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que gobierna el Distrito Federal, había lanzado la iniciativa con intención de que fuera adoptada por las legislaturas locales de los diversos estados del país; sin embargo, ha ocurrido, exactamente, lo contrario: van cinco entidades que votan a favor de la vida y ninguna le ha seguido el juego al PRD.

Aunado a esto, se ha hecho pública –sobre todo auspiciada por los magistrados que se opusieron a la «normalización» del aborto en el Distrito Federal– la característica del proyecto de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la que se advierte que la resolución de constitucionalidad del aborto es solamente para el Distrito Federal, no creando jurisprudencia o imposición para los demás estados de la Federación.

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ZENIT Staff

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