Misa de acción de gracias este lunes en la plaza de San Pedro

Por la canonización de los dos Papas. El cardenal Comastri recuerda: ‘Los santos no nos piden que les aplaudamos, sino que los imitemos’

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En Roma aún quedan peregrinos con ganas de continuar las celebraciones y los agradecimientos por la canonización deJuan XXIII y Juan Pablo II que tuvo lugar este domingo 27.

Esta mañana una gran multitud de fieles, en su mayoría polacos, han acudido a la plaza de San Pedro para la misa de acción de gracias por san Juan Pablo II. La celebración eucarística ha comenzado a las 10.00 y ha sido presidida por el cardenal Angelo Comastri, vicario general de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano y arcipreste de la basílica vaticana.

El cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia (Polonia) y secretario de san Juan Pablo II, ha dirigido unas palabras de saludo antes de comenzar la eucaristía.

»Ayer se han inscrito entre los santos dos papas beatos: el primero, Juan XXIII, hijo de la tierra italiana, se mereció el título de Papa Bueno. Fue él quien convocó, hace más de medio siglo, el Concilio Vaticano II. El segundo, Juan Pablo II, hijo de la tierra polaca, el Papa de la Divina Misericordia, dio vida a las decisiones del Concilio e introdujo a la Iglesia en el tercer milenio de la fe», ha iniciado el purpurado.

Asimismo, ha querido dar las gracias a Dios «por este don doble. Damos gracias por el testimonio extraordinariamente transparente de amor y servicio de esos dos pastores». También ha agradecido al Santo Padre porque «ya desde el primer año de su pontificado tomó la decisión de canonizar a sus predecesores fijando la fecha en el domingo de la Divina Misericordia». Finalmente, ha dado las gracias también en nombre de sus compatriotas a Italia y a todos sus habitantes »por haber acogido tan cordialmente, hace años, a Karol Wojtyla, como obispo y Papa, llegado a Roma ‘de un país lejano’. Italia -ha observado el cardenal- «pasó a ser para él una segunda patria y hoy seguramente Juan Pablo II la bendice desde lo alto, como bendice también a Polonia y al mundo entero. En su corazón encontraron lugar todas las naciones, las culturas y las lenguas».

Por su parte, el cardenal Comastri ha recordado las palabras de Juan Pablo II: »Los santos no nos piden que les aplaudamos, sino que los imitemos».  Y así,  ha invitado a los peregrinos a imitar al nuevo santo que tuvo el valor «de defender abiertamente la fe en Jesús en una época de apostasía silenciosa», «de defender la familia, la vida humana, la paz mientras soplaban vientos de guerra», «de salir al encuentro de los jóvenes para librarlos de la cultura del vacío y de lo efímero invitándoles a acoger a Cristo, única luz de la vida y el único capaz de dar plenitud de alegría al corazón humano».

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Staff Reporter

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