VERONA, 14 sep (ZENIT.org).- Los sacerdotes «fidei donum», enviados por sus diócesis a otros países donde hay escasez de sacerdotes, muchos de ellos en el sur del mundo, tras algunos años vuelven ricos de experiencia pastoral . Si han dado mucho, es mucho lo que todavía pueden dar, aunque su reinserción en la patria no siempre es fácil.
En Italia hay más de 600 sacerdotes que han vuelto tras realizar esta experiencia. Una cuarta parte de ellos ha participado en su primer encuentro nacional en Verona, organizado por la oficina de la Conferencia Episcopal (CEI) para la copoperación misionera entre las Iglesias.
Es el primer encuentro tras 43 años de existencia. En la inauguración, monseñor Gian Battista Targhetti ha dicho una frase humorística: «¿Los «fidei donum»? Son un don cuando parten, una preocupación durante la misión y un problema al volver». En este encuentro se ha tratado precisamente de estas dificultades en perspectiva positiva: «¿Cómo podemos compartir nuestra experiencia misionera con las Iglesias que nos han enviado? ¿Y cómo?», fue la pregunta que planteó monseñor Targhetti.
Se trata de desenterrar «el tesoro escondido», título del encuentro, explica monseñor Giuseppe Andreozzi, director de la oficina de la CEI. Los «fidei donum» son una de las pruebas de la vitalidad que vivieron las comunidades católicas en Italia en las últimas décadas.
