Monseñor Elio Sgreccia: «El genoma es patrimonio de cada uno»

Conferencia del presidente de la Academia Pontificia para la Vida

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CIUDAD DEL VATICANO, martes, 27 marzo 2007 (ZENIT.org).- La persona humana es un «sujeto» y no un «objeto». Es una de las ideas que lanzó el obispo Elio Sgreccia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el 20 de marzo durante una conferencia en la Embajada de Croacia ante la Santa Sede.

«Se necesita una bioética que advierta sobre el significado» de los diversos intentos de la biotecnología que busca hacer de la persona humana «un objeto y no un sujeto», con la intención de «reconstruir diversas especies humanas», sostuvo el presidente de la Academia Pontificia para la Vida.

Ante la pretensión ideológica que se encuentra en el fundamento del eugenismo, que busca eliminar los seres humanos con alguna malformación durante el periodo prenatal, monseñor Sgreccia negó que «todo el conjunto de genes que conforman genoma humano sea el fundamento de su dignidad».

Como creación de Dios «el espíritu desde el mismo momento de la concepción es el fundamento de la dignidad de la persona humana es quien anima y estructura el cuerpo, es su fuente energética y de información», reafirmó el presidente de la Academia durante el acto organizado en la embajada croata.

«El genoma humano es una porción importante en la estructura de la corporeidad», pero «exige un factor de inteligencia presente en la forma de vida». A ella le faltan otros elementos». Y señaló el equívoco de «la concepción biologista que afirma que el alma se identifica con el sistema nervioso».

Recordó además algunas carencias de documentos de la UNESCO, al declarar el «genoma humano patrimonio de la humanidad, como si se tratase de un monumento de piedra», pues «el genoma es patrimonio de cada uno».

Monseñor Sgreccia también criticó el «no haber definido la titularidad de derechos respecto al genoma, pues cuando se habla de falta de discriminación, no se dice si vale también para el embrión o sólo para la persona adulta».

Durante su exposición monseñor Sgreccia explicó que las ideologías del eugenismo «parten de la afirmación de la libertad del hombre para no sentirse dependiente de nadie, no sentirse creado». Esto lo convertirá en objeto manipulable, ante lo cual se debe aclarar que «la libre aceptación de ser creado no es sólo un acto de fe, sino también un acto racional».

El camino para llegar a la creación de una ética para la biología consistirá en «dialogar y comunicar» continuamente con quienes toman parte en estos procesos. En este sentido, monseñor Sgreccia citó al filósofo alemán Jürgen Habermas, agnóstico, quien sostiene que si alguno modifica el genoma de otro, se abriría paso al dominio de unos sobre los otros.

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ZENIT Staff

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