Monseñor Eterović: Presentación del Sínodo de Oriente Medio

Discurso en el «briefing» previo a la inauguración de la Asamblea sinodal

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes 8 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la presentación de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos de Oriente Medio, realizada hoy por el Secretario General del Sínodo, monseñor Nikola Eterović, durante un briefing celebrado en el Aula Juan Pablo II de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

* * * * *

Introducción

«La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma» (Hch 4, 32). El versículo, tomado de los Hechos de los Apóstoles, describe la vida de la comunidad primitiva, que es el ideal de cada comunidad cristiana. Este versículo ha sido escogido como lema de la ya próxima Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos que tendrá lugar del 10 al 24 de octubre de 2010, sobre el tema La Iglesia Católica en Oriente Medio: comunión y testimonio. La elección del lema es muy significativa porque ilumina con la luz del Evangelio el argumento de la Asamblea sinodal, y porque recuerda el estrecho vínculo entre la Iglesia en Oriente Medio y la Sagrada Escritura. Lo ha destacado también el Santo Padre Benedicto XVI en el curso de Su Visita Apostólica a Chipre entre el 4 y el 6 de junio de 2010. En la conclusión de la celebración eucarística en Nicosia, al entregar a los representantes del episcopado de Oriente Medio el Instrumentum laboris, documento de trabajo, el Obispo de Roma ha puesto en evidencia que «el lema escogido para la Asamblea nos habla de comunión y testimonio, y nos recuerda que los miembros de la primitiva comunidad cristiana tenían un «un solo corazón y una sola alma» (Hch 4, 32) (1). Con este significativo gesto, el Sumo Pontífice ha abierto idealmente la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos que, efectivamente, comenzará sus trabajos el domingo 10 de octubre. La Asamblea Especial para Oriente Medio es el resultado no sólo de la petición formulada por varios Obispos de la región, sino también de los Viajes Apostólicos del Santo Padre Benedicto XVI a Turquía, del 28 de noviembre al 1 de diciembre de 2006, a Tierra Santa (Jordania, Israel y Palestina) del 8 al 15 de mayo de 2009 y a Chipre en 2010, en el curso de los cuales ha podido ver personalmente las alegrías y los sufrimientos de los miembros de la Iglesia católica que tienen necesidad de atención particular en este momento histórico.

Me es grato presentar brevemente tan importante evento eclesial que verá reunidos a los Obispos de Oriente Medio alrededor del Santo Padre Benedicto XVI, Obispo de Roma y Pastor universal de la Iglesia.

Iglesia Católica en Oriente Medio

En primer lugar, es útil precisar que por Oriente Medio se entiende los siguientes países: Arabia Saudí, Bahrein, Chipre, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Irán, Iraq, Israel, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Siria, Territorios Palestinos, Turquía y Yemen. Sobre tan vasta región, que

se extiende sobre una superficie de 7.180.912 Km2, viven 356.174.000 personas, de las cuales 5.707.000 son católicos, lo que representa el 1,6% de la población. Al mismo tiempo, el número aproximado de cristianos sería de alrededor de 20.000.000 de personas, es decir, el 5,62% de la población.

Es necesario, además, recordar la particularidad de la Iglesia Católica en Oriente Medio que se expresa en una polimorfa unidad. Además de la Iglesia de Tradición latina hay, desde tiempos remotos, seis Iglesias Orientales Católicas sui iuris, con un propio Patriarca al frente, padre y jefe de la Iglesia (2): Iglesia Copta, Iglesia Siria, Iglesia Greco-Melquita, Iglesia Maronita, Iglesia Caldea e Iglesia Armenia. Se trata de «[Iglesias] preclaras por su venerable antigüedad, brilla aquella tradición de los padres, que arranca desde los apóstoles, la cual constituye una parte de lo divinamente revelado y del patrimonio indiviso de la Iglesia universal» (3). La variedad de Tradiciones, espiritualidad, liturgia y disciplina es una gran riqueza que deben conservar no solamente las Iglesias Orientales Católicas, sino toda la Iglesia Católica presidida en la caridad por el Obispo de Roma y Pastor Universal de la Iglesia.

Calendario de los trabajos

Resulta evidente, a partir de una mirada atenta al Calendario de la Asamblea Especial, que la Asamblea sinodal estará caracterizada por la oración de los Padres sinodales los cuales, a su vez, estarán acompañados por la unión espiritual de los miembros de sus comunidades en Oriente Medio y en la Diáspora, como también por numerosos cristianos que se preocupan por la suerte de la Iglesia peregrina en Tierra Santa y en Oriente Medio.

La apertura de este importante evento tendrá lugar con la solemne Eucaristía el domingo 10 de octubre. Estará presidida por el Santo Padre Benedicto XVI y será concelebrada por todos los Padres sinodales y los sacerdotes que participan en la Asamblea sinodal. La clausura también se hará bajo el signo de la Eucaristía, que está en el centro de la unidad de la Iglesia y es el don inestimable de Cristo a su pueblo (4). Ambas celebraciones tendrán lugar en la Basílica Papal de San Pedro en rito latino, pero habrá expresiones significativas, como el Evangelio y algunos cantos, en las Tradiciones orientales. En medio de la Asamblea sinodal, el domingo 17 de octubre, tendrá lugar la canonización de seis beatos: Stanisław Sołtys (Kazimierczyk), André (Alfred) Bessette, Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, Mary of the Cross (Mary Helen) MacKillop, Giulia Salzano y Battista (Camilla) Varano. Los Padres sinodales no dejarán de participar en este importante evento eclesial que hará aún más evidente el llamado a la santidad, pronunciado en Tierra Santa ya en el Antiguo Testamento: «Ustedes serán santos, porque yo, el Señor, soy santo» (Lev 20, 26) y que Jesucristo llevó a su cumplimiento en el discurso de las Bienaventuranzas : «Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo» (Mt 5, 48). Las palabras del Señor Jesús tienen alcance universal, como es universal también el llamado a la santidad: «Quedan, pues, invitados y aun obligados todos los fieles cristianos a buscar insistentemente la santidad y la perfección dentro del propio» (5).

La Liturgia de las Horas precederá los trabajos cotidianos. Ésta reflejará la riqueza de las Tradiciones litúrgicas y espirituales de las Iglesias Orientales Católicas sui iuris que, cada día, por turno, guiarán la oración común en la propia Tradición. Uno de los Obispos de la respectiva Tradición guiará luego la reflexión del pasaje del Evangelio proclamado. Cada sesión, además, se iniciará y concluirá con una breve oración.
El trabajo prevé 14 Congregaciones generales y 6 sesiones de los Círculos menores. La información a los periodistas interesados en la actividad sinodal estará asegurada diariamente por cuatro encargados en las lenguas árabe, francesa, inglesa e italiana, con excepción del lunes 11, el lunes 18 y el sábado 23 de octubre, cuando están previstas las Conferencias de prensa con la participación de los Padres sinodales.

Los Padres sinodales tendrán ocasión de ir al Concierto en honor del Santo Padre Benedicto XVI, que tendrá lugar en el Aula Pablo VI el sábado 16 de octubre a las 18 horas.

Las informaciones sobre la naturaleza y la actividad del Sínodo de los Obispos se pueden encontrar en el sitio electrónico del Sínodo de los Obispos. La Radio Vaticana también ha preparado una información adecuada sobre el evento sinodal con el título Vatican Radio’s News on the Synod«, www.vaticanradio.org/synod.

Los participantes de la A
samblea

En la Asamblea Especial para Oriente Medio participan 185 padres sinodales, de los cuales 159
participarán ex officio. Entre ellos hay 101 Ordinarios de las circunscripciones eclesiásticas de Oriente Medio, como también 23 de la Diáspora que tienen a su cuidado los fieles de las Iglesias Orientales Católicas emigrados de Oriente Medio a varias partes del mundo. Se debe se alar la presencia de 19 Obispos de los Países limítrofes de África del Norte y del Este, como también de los Países con consistentes comunidades cristianas provenientes de Oriente Medio, de manera particular en Europa y en el continente americano. Participarán en la Asamblea sinodal también jefes de 14 Dicasterios de la Curia Romana, los más relacionados con la vida de la Iglesia de Oriente Medio. El Santo Padre Benedicto XVI, además, ha nombrado 17 Padres sinodales. Hay también 10 representantes de la Unión de Superiores Generales. Entre los Padres sinodales hay 9 Patriarcas, 19 Cardenales, 65 Arzobispos, 10 Arzobispos titulares, 53 Obispos, 21 Obispos Auxiliares, 87 religiosos de los cuales 4 elegidos por la Unión de Superiores Generales. En cuanto a los cargos desempeñados, hay 9 Jefes de los Sínodos de los Obispos de las Iglesias Orientales Católicas sui iuris, 5 Presidentes de las Reuniones Internacionales de las Conferencias Episcopales -su presencia destaca la solidaridad del episcopado mundial con las amadas Iglesias de Oriente Medio-, 6 Presidentes de las Conferencias Episcopales, 1 Arzobispo Coadjutor, 4 eméritos de los cuales 2 Cardenales, el Patriarca latino emérito de Jerusalén y 1Vicario Patriarcal.

Como es sabido, el 24 de abril de 2010 el Santo Padre Benedicto XVI ha nombrado a los Miembros de la Presidencia de la Asamblea Especial para Oriente Medio: 4 Presidentes Delegados, de los cuales 2 ad honorem: Su Beatitud el Sr. Card. Nasrallah Pierre Sfeir, Patriarca de Antioquía de los Maronitas, Líbano y Su Beatitud el Sr. Card. Emmanuel III Delly, Patriarca de Babilonia de los Caldeos, Iraq; Su Eminencia el Sr. Card. Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, y Su Beatitud Ignace Youssif III Younan, Patriarca de Antioquía de los Sirios, Líbano; el Relator General, Su Beatitud Antonios Naguib, Patriarca de Alejandría de los Coptos, Egipto; el Secretario Especial, Su Excelencia Mons. Joseph Soueif, Arzobispo de Chipre de los Maronitas, Chipre.

En la Asamblea sinodal participarán, como Delegados fraternos, representantes de trece Iglesias y comunidades eclesiales históricamente bien radicadas en Oriente Medio. Su presencia es un signo elocuente de la voluntad de proseguir el diálogo ecuménico que ya ha dado tantos resultados positivos, sobre todo en la región.

riente Medio es la casa también de nuestros hermanos y hermanas judíos y musulmanes, pues representa el lugar donde nacieron también estas dos religiones monoteístas. En el curso de los trabajos, por lo tanto, tendremos ocasión de escuchar las indicaciones del rabino David Rosen, Director del Departamento para Asuntos Interreligiosos del American Jewish Committee y Heilbrunn Institute for International Interreligious Understanding, Israel. Dos ilustres representantes del Islam se dirigirán también a los Padres sinodales: el Sr. Muhammad al-Sammak, Consejero político del Gran Muftí de Líbano, por el Islam suní y el Sr. Ayatollah Seyed Mostafa Mohaghegh Ahmadabadi, Profesor en la Facultad de Derecho en la Shahid Beheshti University de Teherán y Miembro de la Academia Iraní de Ciencias, por el Islám chií. Se trata de los Invitados del Santo Padre Benedicto XVI, cuya presencia es más que significativa, signo de la disponibilidad de la Iglesia católica para continuar el diálogo con el Judaísmo, con quienes los cristianos tienen relaciones muy especiales, como también con el Islam, tan presente en la región Medio oriental.

En la Asamblea sinodal participarán también 36 Expertos y 34 Oyentes, hombres y mujeres. Su experiencia representará una contribución importante a las reflexiones sinodales.

Teniendo en cuenta a los miembros de la Secretaría General, los Traductores y los Asistentes, como también las otras personas que se ocuparán de servicios de orden técnico, participarán en la Asamblea sinodal alrededor de 330 personas.

Características particulares de la Asamblea sinodal

La Asamblea Especial para Oriente Medio tiene algunas particularidades por las cuales se distinguirá de las otras Asambleas sinodales. En primer lugar, por primera vez se reunirán alrededor del Obispo de Roma casi todos los Ordinarios de Oriente Medio. En el a o 1995 el Siervo de Dios Juan Pablo II reunió a los Obispos de Líbano en una Asamblea Especial en la que participaron 69 Padres sinodales, de los cuales 36 provenían de Líbano. A ellos se asociaron también 9 Obispos de la Diáspora. También en la Asamblea Especial para Oriente Medio participarán 23 Obispos de la Diáspora. Los Ordinarios pertenecientes a las Iglesias Orientales Católicas sui iuris serán, por lo tanto, 123. Estarán presentes representantes de otras seis Iglesias Orientales Católicas: Iglesia Etiópica, Iglesia Griega, Iglesia Rumana, Iglesia Sirio Malabar, Iglesia Sirio Malankar e Iglesia Ucraniana. De 185 Padres sinodales, una mayoría de 140 son de Tradiciones Orientales Católicas. Los Obispos de Tradición latina serán, por lo tanto, 45 de los cuales 14 son de Oriente Medio. En la Asamblea Especial para Líbano estuvieron presentes 53 Obispos de Tradiciones Orientales Católicas y 16 de Tradición Latina.

Con una duración de 14 días se trata de la Asamblea sinodal más breve realizada hasta ahora. Al respecto, la Asamblea Especial para Líbano se desarrolló durante 19 días, del 26 de noviembre al 14 de diciembre de 1995 y, con anterioridad, la Asamblea para los Países Bajos, en la que participaron 19 Padres sinodales, duró diecisiete días, del 14 al 31 de enero de 1980. Esta breve duración no es el resultado solamente del número relativamente reducido de los participantes, que en las Asambleas Generales Ordinarias alcanza alrededor de 250 Padres sinodales. Se inserta también en el marco de la reforma de la metodología sinodal impulsada por el Santo Padre Benedicto XVI, que comporta un procedimiento más sencillo, adaptado posteriormente para la presente Asamblea sinodal. Considerada la situación tan compleja en los Países de Oriente Medio, no se ha querido retener por mucho tiempo a los Pastores lejos de sus rebaños. Por tal razón, los trabajos se concentrarán en el arco de 14 días.

El árabe también será una lengua oficial de la Asamblea sinodal. En la Asamblea Especial para Líbano la lengua oficial era el francés, aún si en las intervenciones en el Aula se podían utilizar otras tres lenguas: árabe, inglés e italiano. En la presente Asamblea sinodal estas cuatro lenguas serán oficiales, lo que incluye también por primera vez al árabe, la lengua más común para los cristianos en Oriente Medio. Dos círculos menores también están previstos en árabe.

Por primera vez el Santo Padre ha nombrado a dos Presidentes Delegados ad honorem. Con este gesto Su Santidad ha querido destacar la importancia del ministerio pastoral que ellos desempeñan, eximiéndolos, sin embargo, de la trabajosa actividad cotidiana de los minuciosos trabajos de la Asamblea sinodal reservados, justamente, a otros dos Presidentes Delegados más jóvenes.

Finalidad pastoral de la Asamblea sinodal

La finalidad de la Asamblea Especial para Oriente Medio es predominantemente pastoral. Aunque no se puede descuidar el marco social y político de la región, la Asamblea sinodal tiene sobre todo una finalidad eclesial. Este hecho está contenido también en el tema de la Asamblea sinodal que insiste en la comunión y el testimonio, ya sea en el interior de la Iglesia Católica qu
e en sus relaciones con otras Iglesias y comunidades cristianas, otras religiones y, en general, con las respectivas sociedades particulares. En referencia al Instrumentum laboris (6), el objetivo de la Asamblea puede ser indicado en dos puntos:

1) reavivar la comunión entre las veneradas Iglesias Orientales Católicas sui iuris para que puedan ofrecer un testimonio de vida cristiana auténtica, jubilosa y atractiva. Gracias a la divina Providencia, como ya se ha dicho, en Oriente Medio, además de la Iglesia de Tradición latina,
hay seis Iglesias Orientales Católicas con un propio Patriarca al frente. En la Asamblea sinodal, por lo tanto, participarán siete Patriarcas en actividad. Los trabajos sinodales, desarrollados en un clima de oración, reflexión y diálogo, deberían servir para profundizar ulteriormente en los vínculos de comunión en el interior de cada una de dichas Iglesias y, por lo tanto, entre el Patriarca, los Obispos, los sacerdotes, los miembros de vida consagrada y los laicos. Se deberían reforzar, obviamente, los vínculos de comunión entre las Iglesias Católicas de tradiciones distintas. De los resultados positivos de tal comunión se beneficiaría toda la Iglesia Católica destacando la fecundidad de su unidad, que se expresa en la múltiple forma de las respectivas venerables Tradiciones.

La comunión, además, debería extenderse a otras Iglesias y comunidades eclesiales presentes en Oriente Medio -los representantes de trece de ellas tomarán parte en los trabajos sinodales en calidad de Delegados fraternos, como ya se ha se alado. El diálogo y la colaboración se extiende también a los miembros de las religiones no cristianas y a todos los hombres de buena voluntad.

2) reforzar la identidad cristiana a través de la Palabra de Dios y la celebración de los Sacramentos. La Asamblea sinodal debería confirmar la conciencia de los fieles de Oriente Medio en la vocación propia de discípulos de Jesucristo en la tierra donde Él nació, vivió, predicó y cumplió su misterio pascual. Vivir en Tierra Santa debería manifestarse cada vez más como un privilegio relacionado con una misión particular. Es de interés para toda la Iglesia que la Tierra de Jesús no se convierta en un museo lleno de monumentos y piedras preciosas, sino que siga siendo una Iglesia viva, construida con piedras vivas (cfr. 1 P 2, 5), cristianos que continúan la ininterrumpida tradición de la presencia de los discípulos de Jesucristo en Tierra Santa desde hace casi 2.000 a os.

Los cristianos, numéricamente, representan en Oriente Medio una minoría. Ellos, sin embargo, tienen una vocación única: ser testigos del Señor Jesús en un ambiente predominantemente musulmán, con excepción del Estado de Israel, donde la mayoría de los ciudadanos son judíos. Este hecho requiere apertura y diálogo con quienes pertenecen a las otras dos religiones monoteístas: el Judaísmo y el Islam. La experiencia, bajo muchos aspectos positiva, de tal diálogo podría ser de gran importancia para toda la Iglesia.

Conclusión

La Asamblea Especial para Oriente Medio ofrece una feliz ocasión para presentar la riqueza de las Iglesias Orientales Católicas al mundo entero, sobre todo a los cristianos, para que sostengan cada vez más, sea espiritual que materialmente, a sus hermanos y hermanas en Oriente Medio y, de modo particular, a aquellos que viven en situaciones difíciles a causa de la violencia, incluidos el terrorismo, la emigración y la discriminación. Con frecuencia, los cristianos en Oriente Medio son artífices de la paz y promotores del perdón y la reconciliación, tan necesarios en la región. Ellos desean vivir en paz con sus vecinos judíos y musulmanes en el respeto de sus mutuos derechos, incluso el derecho fundamental a la libertad de religión y de conciencia.

En unión con el Santo Padre Benedicto XVI, todos los cristianos están invitados a rezar para que la Asamblea Especial para Oriente Medio pueda alcanzar las finalidades previstas. Esta invitación está dirigida sobre todo a los miembros de vida consagrada y, en particular, a los monasterios de clausura. La oración reforzará los vínculos de fe, de esperanza y de caridad entre los creyentes de la Santa Iglesia de Dios para que se pueda realizar en el mejor modo el ideal de la comunidad primitiva donde la multitud de los creyentes «tenía un solo corazón y una sola alma» (Hch 4. 32)

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(1) Benedicto XVI, Entrega del Instrumentum laboris, L’Osservatore Romano, 6-7 de junio da 2010.
(2) Cfr. Concilio Vaticano II, Decreto sobre las Iglesias Católicas Orientales Orientalium ecclesiarum, 9.
(3) Ibidem, 1.
(4) Cfr. Benedicto XVI, Entrega del Instrumentum laboris, L’Osservatore Romano, 6-7 de junio de 2010, p. 9.
(5) Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen Gentium, 42.
(6) Cfr. Asamblea Especial para Oriente Medio, Instrumentum laboris, 3.

[Documento de trabajo distribuido por la Secretaría General del Sínodo]

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ZENIT Staff

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