Monseñor Kurt Koch, el colaborador del Papa para el ecumenismo

El arzobispo suizo preside ahora el Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 11 julio 2010 (ZENIT.org).- Apasionado por el ecumenismo, el arzobispo Kurt Koch comenzó desde el pasado 1 de julio la misión que la ha confiado el Papa como presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

 Deja así la diócesis de Basilea en su país natal Suiza en la que sirvió como obispo durante 15 años. Sucede al cardenal alemán Walter Kasper quien dirigió este dicasterio desde 1999.

ZENIT ha hablado con él sobre su experiencia y sobre los retos que tendrá que afrontar al haber sido nombrado también por el Papa presidente de la Comisión Pontificia para el Diálogo con los Judíos.

–¿Cómo recibe el nombramiento como presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos?

–Monseñor Kurt Koch: Para mí es un gran honor. El Santo Padre me comunicó, en febrero, en una audiencia personal, su deseo de que yo comenzara a guiar este Consejo. Para mí es una gran alegría porque el ecumenismo ha estado siempre en mi corazón porque en mi país, Suiza, los protestantes son muy cercanos a nosotros y he tenido además un interés particular por las iglesias ortodoxas. 

–¿Cuáles son los principales retos de este dicasterio vaticano?

–Monseñor Kurt Koch: Estoy comenzando y creo que ahora es necesario ver todo el panorama en su conjunto. Yo era miembro de este dicasterio desde el 2002, y también he estado implicado en el diálogo con los ortodoxos. En primer lugar quiero hablar con todos los colaboradores y en noviembre tendremos la primera asamblea plenaria. El primer desafío es preparar bien esta reunión, preparar el panorama global del ecumenismo y ver cómo se puede avanzar.

–¿Cómo ha sido su experiencia como obispo de Basilea, especialmente en materia de ecumenismo?

–Monseñor Kurt Koch: Las Iglesias y comunidades eclesiales que han nacido de la Reforma en Suiza son un caso especial en el mundo de las Iglesias Reformadas. Con los ortodoxos, tenemos un fundamento común de fe, pero una gran diversidad cultural. En cambio, con las iglesias de reforma, el fundamento de la fe no es tan común, pero tenemos la misma cultura. Por esto, con ellos, es otro modo de hacer ecumenismo que no es siempre fácil.

–¿Y su experiencia como presidente de la Conferencia Episcopal Suiza?

–Monseñor Kurt Koch: Fui vicepresidente durante nueve años y presidente durante tres. Era un hermoso trabajo. Siendo presidente he abierto mucho la mirada hacia la Iglesia en Europa, pero el trabajo de la diócesis continuaba. Por ello era necesario buscar puntos en común, algo que no era siempre fácil.

–¿Cuál es el papel de la Comisión Pontificia para el Diálogo con los Judíos que usted también pasa a presidir?

–Monseñor Kurt Koch: La relación entre los católicos y judíos en el contexto de las relaciones religiosas. En este sentido el cardenal Kasper ha hecho mucho para mejorar y profundizar en este diálogo con los judíos. Es muy importante hacer tomar conciencia y vivir la sensibilidad y profundizar en las dimensiones religiosas de estas relaciones. En primer lugar no se trata de una relación política sino religiosa. La visita del Santo Padre a la sinagoga de Colonia, de Nueva York y luego a la de Roma son signos muy importantes.

–¿Cómo valora los esfuerzos que ha hecho el Papa Benedicto XVI a favor de las relaciones con los cristianos de otras denominaciones?

–Monseñor Kurt Koch: El Santo Padre ha hecho mucho. En la primera homilía tras su elección decvlaró abiertamente que el ecumenismo es un desafío que viene de Jesucristo y que el diálogo en este tiempo encuentra buenos fundamentos en los documentos del Concilio Vaticano II. En los viajes pastorales siempre ha dedicado una parte  al ecumenismo. Veamos por ejemplo el viaje a Inglaterra que realizará en septiembre. No será fácil, porque la situación de los anglicanos no es fácil. Se dice que Benedicto XVI quiere fomentar especialmente el diálogo ecuménico con los ortodoxos. Para mí es impresionante. El Santo Padre me ha pedido que haga este trabajo y un argumento que ha subrayado mucho es que quiere un obispo que conozca las iglesias de la Reforma no sólo en los libros sino por experiencia propia. Esto habla de qué cerca está el Santo Padre de las iglesias de la Reforma. Además, como profesor, ha trabajado mucho en este sentido. 

–¿Cuáles cree que son los frutos que ha dado este acercamiento?

–Monseñor Kurt Koch: Siempre es difícil ver los frutos porque el fundamento del ecumenismo es la espiritualidad. Los hombres no pueden hacer la unidad. Esto es un regalo que dona el Espíritu Santo. Se puede profundizar en el diálogo teológico y de amor, se da sobre todo un diálogo de amor que favorece el Santo Padre en los encuentros y creo que mucha gente verá que de esta situación surgirán muchos frutos, no de la mentalidad publicada. En los encuentros con todos los miembros de otras iglesias creo que se están dando muchos frutos.

Hablemos de las sectas religiosas. ¿Cómo afrontar este fenómeno?

–Monseñor Kurt Koch: En  primer lugar la Iglesia se debe preguntar, ¿por qué la gente se va a las sectas? ¿Por qué no vienen a nuestra Iglesia? Sé que la Congregación para la Doctrina de la Fe ha dado pasos importantes para tratar este tema con los obispos y creo que se ha comenzado a profundizar y se debe continuar.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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