Monseñor Mennini: es necesario que intervenga la Unión Africana en Libia

Si se solicita, “la Santa Sede podría ejercer un papel más activo”

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LONDRES, miércoles 30 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- “Es importante que se valore la contribución de toda la comunidad internacional para resolver la crisis libia”.

Así lo considera monseñor Antonio Mennini, nuncio apostólico en Gran Bretaña, al margen de la conferencia de Londres celebrada ayer martes para afrontar la situación del país norteafricano sujeto a la intervención militar de la OTAN.

Al respecto, “se hace necesaria, como ha sido subrayado por varias partes, la intervención de la Unión Africana ya a partir de la próxima reunión del Comité de contacto en Qatar, para poner de relieve el papel que África debe asumir hacia Libia para el envío de ayuda humanitaria y, sobre todo, en los proyectos de reconstrucción”.

Para recomponer las relaciones con la Unión Africana, que no estaba presente el martes en Londres, “puede servir la mediación de Francia y Gran Bretaña que mantienen relaciones intensas con las ex colonias y los países de la Commonwealth, pero también Italia puede tener oportunidades”.

Respecto a la Santa Sede, a la que Mennini representaba en calidad de observador en la conferencia internacional londinense, “su papel es empujar a los países a terminar cuanto antes la acción militar y garantizar que, a través de los corredores humanitarios, nadie sea excluido del envío de ayudas, incluyendo las tribus fieles al actual presidente libio”.

“La reafirmación, en las declaraciones de ayer, de los diversos participantes en la conferencia, de la necesidad de restringir los tiempos de la acción militar con el objetivo de salvaguardar los derechos humanos – prosiguió Mennini –, es una referencia cuanto menos implícita a los llamamientos del Santo Padre para que las armas callen”.

A la pregunta sobre si la Santa Sede misma puede ejercer una acción de mediación, monseñor Mennini respondió que “si se le pide, la Santa Sede podría ejercitar un papel más activo, como ya ha sucedido en otros conflictos, por ejemplo a propósito del canal de Beagle entre Argentina y Chile”.

Sobre todo, añadió, “será importante el trabajo que la Iglesia seguirá llevando a cabo sobre el para pacificar las conciencias y reconstruir un sentido de pertenencia nacional”.

“Aunque el conflicto acabase hoy – afirmó Mennini – se puede imaginar cuántos odios y resentimientos dejaría atrás y cuánto compromiso comportaría por parte de todos el reconocerse como miembros de la misma sociedad”.

Corresponde en este momento, a los países de la comunidad internacional, “una intervención que no sea influenciada por intereses de parte”, y concretamente a los católicos, “recordar a todos el valor supremo de la paz, tal y como es vuelto a proponer por el Concilio Vaticano II en la estela de los Papas, que no consiste en el equilibrio de las armas, sino que pasa a través de la formación de las conciencias”.

Por Chiara Santomiero

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ZENIT Staff

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