Montserrat, santuario que acoge santos y pecadores

Conferencia en Roma del abad de esta abadía benedictina catalana

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ROMA, 28, abril 2008 (ZENIT.org).- El abad benedictino Josep Maria Soler explicó en Roma que el santuario mariano de Montserrat sigue acogiendo hoy a santos y pecadores.

«Todavía hoy la acogida espiritual de santos y de pecadores, o de la mayoría de visitantes, en su doble vertiente de sedientos de Dios y afligidos por las penas humanas, sigue siendo el principal acicate para el mantenimiento de la fidelidad de la comunidad monástica a los planes del Señor y de su madre», dijo en una conferencia pronunciada en la Embajada española cerca de la Santa Sede, el día después de la fiesta de la Virgen de Montserrat, celebrada el 27 de abril.

En la conferencia, que ha contado con la participación del director del diario vaticano «L’Osservatore Romano», se ha presentaron dos cuadros restaurados por iniciativa del embajador español, Francisco Vázquez, que muestran la montaña de Montserrat como trono de la Virgen, al que se dirigen una multitud de peregrinos.

Entre los santos citados que pasaron por Montserrat, el abad Soler hizo hincapié en «cuatro figuras sin par», es decir, Ignacio de Loyola (1491-1556), Antonio María Claret (1807-1870), Enrique de Ossó (1840-1896)  y Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975).

El abad también se refirió al siervo de Dios Josep Torras i Bages, patriarca espiritual de la Cataluña nueva, al arquitecto Antoni Gaudí, al abad-obispo Oliba (970-1046) y «a los veinte religiosos muertos por la fe de Cristo en el siglo pasado y que tienen iniciado el proceso de beatificación».

«Pero si nos remontamos a épocas más lejanas, algunos quisieran ver entre los peregrinos al mismo Francisco de Asís, Ramon Llull o a José Oriol, o a Vicente Ferrer, sin que nos conste documentalmente», constató.

Después de citar a Luis Gonzaga, Francisco de Borja, Benito Labre o al beato Diego de Cádiz, se refirió a santos fundadores de congregaciones que pasaron por Montserrat, como Juan de Mata fundador de la Orden de la Santísima Trinidad; Pedro Nolasco, «nombre inseparable de la Orden mercedaria» y sobre todo José de Calasanz, el creador de las Escuelas Pías.

También quiso mencionar a María Micaela del Santísimo Sacramento, fundadora de las Adoratrices; y a tres santos canonizados por Juan Pablo II y que desarrollaron su actividad en Cataluña: María Rosa Molas y Vallvé, de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación; Benito Menni, restaurador de la Orden de San Juan de Dios y creador de la rama femenina; y José Manyanet y Vives, el gran apóstol de la familia.

El abad Soler mencionó el paso por el santuario del beato y médico Pere Tarrés y de Paula Montal, fundadora de las escolapias, de la época moderna. Sin salir de la pléyade de los fundadores beatificados por Juan Pablo II, presentó algunas personalidades de peregrinos como María Ràfols, fundadora de las hermanas de la Caridad de Santa Ana;  Francesc Coll, fundador de las Dominicas de la Anunciata; Ana María Mogas, fundadora de las Franciscanas misioneras de la Madre del Divino Pastor; Carmen Sallés, fundadora de las Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza; Francisco Palau, fundador de las Carmelitas Misioneras Teresianas.

«Y podríamos alargar la lista de fundadores del siglo XIX, que encabezaríamos por otra
ilustre fundadora, Joaquina de Vedruna, ya canonizada en 1959 por Juan XXIII», ha recordado.

La mención del Papa Angelo G. Roncalli permitió al abad cerrar este apartado con la alusión a las jornadas del 27-28 de julio de 1954, en que el beato, entonces patriarca de Venecia, peregrinó a Montserrat casi al final de un largo recorrido que empezó en Santiago de Compostela y pasó por varios santuarios de España. En su agenda menciona «la extraordinaria importancia de este monasterio, opus mirabile oculis, lugar de oración, estudio y arte».

El abad quiso terminar recordando a Juan Pablo II, «el primer Papa que visitó Montserrat, el 7 de noviembre de 1982» y cuya santidad esperamos que pronto sea reconocida in medio Ecclesiae».

Concluyó con una oración que pueden hacerse suya todos los peregrinos de la Santa Montaña, tanto los de ayer como los de hoy: «Te damos gracias, Señor, por el gozo que nos ha procurado asentar nuestros pies aquí en el santuario consagrado a la Madre, en donde nos hemos sentido confortados con impulso renovado para nuestro itinerario futuro».

Esta conferencia es parte de una serie de iniciativas montserratinas en Italia, entre ellas un concierto de la Escolanía (www.escolania.cat), que tendrá lugar el martes 29 de abril en la Iglesia Nacional de Santiago y Montserrat de Roma, a las 18 horas.

Por Miriam Díez i Bosch

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ZENIT Staff

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