CIUDAD DEL VATICANO, 22 enero 2003 (ZENIT.org).- La sequía y la carestía en Etiopía y Eritrea y la situación en Oriente Medio acaparan la atención la Reunión de las Obras de Asistencia a las Iglesias Orientales (ROACO), institución que esta semana está celebrando su Asamblea general en el Vaticano.
La ROACO, que depende de la Congregación vaticana para las Iglesias Orientales, reúne a agencias de ayuda de varios países del mundo que se comprometen en apoyar económicamente a las comunidades de católicos de rito oriental, así como de algunos países del Norte de África, de Oriente Medio, y Asia, como Irán, Irak o Afganistán.
Participan en esta Comisión la Catholic Near East Welfare Association (Estados Unidos), la Misión Pontificia para Palestina (Estados Unidos), así como otras agencias católicas de Alemania, Francia, Suiza, Países Bajos y Austria.
Tanto el nuncio apostólico en Etiopía y Eritrea, el arzobispo Silvano Tomasi, como el arzobispo de Addis Abeba (Etiopía), Berhaneyesus Demerew Souraphiel, han expuesto en la asamblea las grandes dificultades que enfrentan estos países.
Se requiere «en primer lugar, la ayuda inmediata a la población» –agua, alimentos y ropa– «de manera que se permita a las comunidades cristianas no sólo su propio socorro, sino que los obispos puedan ayudar a los fieles que están en necesidad», explicó a los micrófonos de Radio Vaticana el secretario de la ROACO, monseñor Francesco Giovanni Brugnaro.
Además existen algunos proyectos más reducidos, «como acueductos, la construcción de cocinas móviles y de otros enseres», añadió.
«Tenemos esta vez dieciocho proyectos –confirma monseñor Brugnaro–, y ya han llegado adhesiones de las agencias que se están haciendo cargo casi de la totalidad».
Tierra Santa siempre está en el centro de las asambleas de la ROACO. «Es uno de los temas capitales ligado además a la colecta que, por una antiquísima tradición de origen apostólica, aún se realiza en el seno de la Iglesia católica y entre los cristianos el Viernes Santo», sigue diciendo Brugnaro.
Esas donaciones se destinan al sostenimiento de las comunidades católicas y de las comunidades cristianas de Tierra Santa.
La información sobre esta región es expuesta por el arzobispo Pietro Sambi, nuncio apostólico en Israel, y delegado apostólico en Jerusalén y Palestina, así como por el Custodio de Tierra Santa, el padre Giovanni Battistelli, a quien se le ha pedido ofrecer datos sobre las obras de carácter social en las que la Custodia Franciscana está muy comprometida, en especial los proyectos relativos a proporcionar casas a las jóvenes parejas cristianas que a menudo se ven obligadas a abandonar Tierra Santa.
