Muchos coreanos vienen a la Iglesia porque han visto la esperanza y la belleza de la vida

Entrevista con monseñor Lázaro Yoo Heugn-Sik, obispo de Taejeo, Corea del Sur

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El encuentro promovido por los obispos amigos del Movimiento de los Focolares tuvo lugar en Roma del 29 al 31 de enero. Esta reunión habitual entre obispos cercanos a este movimiento, fundado por Chiara Lubich, este año se celebrará en diversas regiones del mundo como Líbano, Corea del Sur, Madagascar, Estados Unidos, Brasil o Alemania.

El celebrado en Roma es el primero de este año y contó con la presencia de obispos de diferentes diócesis italianas, de otros países de Europa, Líbano, Corea del Sur y Ciudad del Vaticano.

Durante estos tres días, además de participar en la Audiencia General con Benedicto XVI, tuvieron espacios de reflexión y debate sobre temas como la nueva evangelización y la espiritualidad de comunión, en el hoy de la Iglesia y del mundo, el desafío de la sinodalidad eclesial, Iglesia y Europa, y la historia de los focolares en relación al Concilio Vaticano II.

ZENIT ha entrevistado al obispo Lázaro Yoo Heugn-Sik, de Taejeo, Corea del Sur, para conocer sus impresiones sobre este encuentroy conocer de primera mano la situación de su diócesis y de la Iglesia en su país.

¿Qué supone para usted este encuentro?

–Mons. Heugn-Sik: Encontrar tantos obispos, caminar juntos en este espíritu de comunión, llegar a esta comunión me da fuerza donde estaré solo. Esto es para mí una alegría inmensa, venir a Roma y encontrar estos hermanos obispos.

¿Es la primera vez que participa en este congreso?

–Mons. Heugn-Sik: No, ya hace años que participo. Es más, puedo decir que encontrando esta espiritualidad de la unidad ha salvado mi vocación.  Y seguí esta espiritualidad como seminarista, sacerdote y luego obispo y continúo viviendo esta vida.

¿Cómo es la situación de su país, de su diócesis?

–Mons. Heugn-Sik: La belleza de Corea ahora mismo es que hay vocaciones, hay muchos nuevos bautizados adultos. Por ejemplo el año pasado en mi diócesis hubo diez nuevos bautizados, han entrado en la Iglesia. Esto ya es signo bueno que muchos coreanos vienen a la Iglesia porque han visto la esperanza y la belleza de la vida.

¿Cuáles son los proyectos en su diócesis?

–Mons. Heugn-Sik: Este año hemos profundizado en la pastoral juvenil porque en 2014 habrá la Jornada Asiática de la Juventud y también la Jornada Coreana de la juventud en mi diócesis, por eso estamos preparando especialmente para que estos encuentros puedan convertirse en un signo, una esperanza para tantos jóvenes que en el Señor puedan ir adelante.

¿Y sobre el Año de la Fe y la Nueva Evangelización, cuáles son sus propuestas?

–Mons. Heugn-Sik: Personalmente, sobre la Nueva Evangelización he entendido nueva evangelización y  también nueva escucha de la Palabra de Dios, quien ama, escucha y escuchando de nuevo la palabra de Dios siempre me lleva a profundizar y a mirar a los otros. Además de la nueva expresión, nuevos métodos, nuevo ardor… escuchando la Palabra de Dios buscamos actuar en varios campos de la pastoral.

¿Sobre el encuentro, con qué se queda como enseñanza?

–Mons. Heugn-Sik: Para mí esta comunión de conjunto y ver la Iglesia de hoy. He escuchado cómo tengo que caminar hacia el futuro, la única forma de ir hacia delante es creando esta comunión fraterna que es célula viva.

¿Y sobre la visita del Papa de ayer…?

–Mons. Heugn-Sik: Cuando le saludé personalmente le dije que todo el pueblo coreano espera su visita y él me ha contestado muy contento, «lo sé, lo sé».

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Staff Reporter

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