Muere en Bolonia el fundador de la familia misionera «de la Inmaculada-Padre Kolbe»

El franciscano conventual, padre Luigi Faccenda

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BOLONIA, lunes, 17 octubre 2005 (ZENIT.org).- Fuerte promotor del espíritu de consagración a la Inmaculada Concepción, el padre Luigi M. Faccenda, franciscano conventual y fundador de las Misioneras, Misioneros y Voluntarios de la Inmaculada-Padre Kolbe, falleció el pasado 9 de octubre a los 85 años de edad en la ciudad italiana de Bolonia.

La «familia mariana-misionera» ha difundido la noticia a través de la web de la Orden de los Frailes Menores Conventuales (franciscanos) (www.ofmconv.org) recodando que, «desde el inicio de su ministerio sacerdotal», el sacerdote desaparecido fue «padre y guía segura en el camino espiritual» de su fundación y «de muchas personas que tuvo forma de encontrar en su intenso y apasionado apostolado».

Originario de San Benedetto Val di Sambro (Italia), donde había nacido el 24 de agosto de 1920, el padre Faccenda fundó el Instituto en Bolonia en 1954.

«Agradecidos al Señor por cuanto nos ha dado a través de él –dice el comunicado de la familia misionera–, nos confiamos a su intercesión en la certeza de que desde el cielo seguirá “trabajando para llevar a todos los hombres a Dios a través de la Inmaculada”».

Ese era el ideal de San Maximiliano Kolbe (1894-1941), muerto en un búnker por haber ofrecido espontáneamente su vida a cambio de la de un prisionero –un padre de familia, Francisco Gajowiczek– condenado en el campo de concentración nazi de Auschwitz.

Y aunque «fue asesinado con una inyección y después incinerado» en los hornos crematorios, «el gran tesoro de su herencia espiritual y apostólica» no se disipó: «de sus cenizas esparcidas al viento se difunde en todo el mundo su testimonio de vida hecha de amor incondicionado hacia el prójimo y de actos concretos de caridad y perdón».

Así lo apunta y testimonia la familia consagrada surgida bajo la guía del padre Faccenda, una iniciativa que se insertó desde el principio en la espiritualidad mariana-misionera de San Maximiliano Kolbe recogiendo el intenso dinamismo apostólico y haciendo propia su línea conductora: la consagración a la Inmaculada.

Con sede central en Bolonia, las Misioneras constituyen una familia eclesial consagrada al Señor con los votos de castidad, pobreza y obediencia. Inspirándose en la doctrina y en el ejemplo del mártir de Auschwitz, reciben a María como don del Redentor y se consagran totalmente a Ella para colaborar con su misión materna.

Están presentes en Italia, Argentina, Bolivia, Brasil, Estados Unidos, Luxemburgo y Polonia. Desde sus comienzos se han inspirado en la naturaleza de los Institutos Seculares. El 25 de marzo de 1992 recibieron reconocimiento de Derecho Pontificio.

Las Misioneras pueden vivir por su cuenta, en familia o en grupos de vida fraterna en las Casas de la Inmaculada.

Su apostolado (anuncio de la Palabra de Dios –catequesis, evangelización, misiones parroquiales, encuentros con las familias, jóvenes y niños–, uso de los medios de comunicación, asistencia en sus centros de Espiritualidad y Oración, escuelas, etc.) se adapta a las exigencias de los tiempos, de los lugares y de las distintas mentalidades y culturas.

En 1997 nació en Brasil la rama masculina del Instituto: los Misioneros de la Inmaculada-Padre Kolbe. Igualmente se comprometen a seguir a Cristo pobre, obediente y casto mediante la profesión de los consejos evangélicos y el ofrecimiento total a la Inmaculada, según el espíritu de San Maximiliano Kolbe.

A la familia eclesial se suman los Voluntarios de la Inmaculada-Padre Kolbe: laicos y sacerdotes, agregados al Instituto, que comparten su espiritualidad y misión según el propio estado de vida.

Más información en www.kolbemission.org.

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ZENIT Staff

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