Muere en Roma el obispo Choma, testigo de la Iglesia perseguida en Ucrania

ROMA, martes, 20 febrero 2006 (ZENIT.org).- El obispo Iván Choma, rector de la basílica greco-católica ucraniana de Santa Sofía y de la Universidad Católica Ucraniana (UCU) de San Clemente, falleció en Roma el 3 de febrero de 2006 a los 82 años de edad.

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El cardenal Lubomyr Husar, arzobispo mayor de Lviv de los ucranianos, le acompañó en sus últimos días, compartió con él la Sagrada Eucaristía y celebró la primera misa de funeral el mismo día de su muerte en el Hospital Gemelli.

Las exequias se celebraron en la iglesia romana de Santa Sofía –de la que el arzobispo Husar es cardenal-sacerdote– el pasado 7 de febrero de 2006. Los actos en su memoria continúan en Ucrania y en otros países.

La obra de Derecho Pontificio «Ayuda a la Iglesia Necesitada», que entre el apoyo que ha prestado a Ucrania se incluyen becas de estudios de muchos de los estudiantes del fallecido prelado, divulgó recientemente una nota lamentando esta desaparición.

El obispo Iván Choma fue amigo de los refugiados y de miles de seminaristas a los que dio alojamiento y una educación cristiana, recordó en el funeral el arzobispo Myroslav Marusyn.

«A partir de 1946, siendo un joven sacerdote en Roma, tuvo el valor de elaborar un libro blanco con los testimonios procedentes de su patria sobre el martirio de su Iglesia», añadió en su homilía.

El arzobispo Marusyn, de la Congregación vaticana para las Iglesias Orientales, presidió el acto solemne y resaltó el papel desempeñado por el prelado fallecido en la preparación del Milenio del Cristianismo en Rusia (Ucrania) con el Papa Juan Pablo II.

Por su parte, el obispo Hlib Lonchyna –auxiliar de Lviv de los ucranianos–, como apocrisiario-procurador de la Iglesia greco-católica en la Santa Sede, también se despidió de el obispo Choma en presencia de altos representantes del Vaticano.

Recordó el obispo Lonchyna que todos los que le conocieron recuerdan su amabilidad y humildad: «Fue un sacerdote totalmente consagrado a Dios, que veía la realidad desde la perspectiva de la eternidad».

Procurador de la Iglesia católica ucraniana en la Santa Sede, rector de la Universidad católico-ucraniana en Roma y catedrático de Historia de la Iglesia, el obispo Iván Choma fue uno de los amigos más cercanos del Patriarca Josyf Slipyj, además de su biógrafo.

Como solía decir el Patriarca Slipyj –quien consagró obispo a Choma en 1977–, «su vida es una forma paciente y humilde de servir a Cristo”».

La Iglesia greco-católica de Ucrania pertenece al grupo de Iglesias de rito bizantino que reconocen la autoridad espiritual y la jurisdicción del obispo de Roma.

Después de la conquista soviética de la región ucraniana en 1944, la Iglesia católica de rito oriental fue suprimida por orden de Stalin, declarándola ilegal. Sus propiedades fueron entregadas a la Iglesia ortodoxa.

Muchos sacerdotes que se negaron entonces a «convertirse» a la Ortodoxia fueron asesinados o deportados, incluido el metropolita Josyf Slipyj (después liberado por Nikita Jruchov, y fallecido en Roma). Fue legalizada de nuevo el 1 de diciembre de 1989.

Esta Iglesia cuenta con representaciones en Rusia, en los países bálticos, en Europa occidental, en América del Norte y del Sur y en Australia.

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ZENIT Staff

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