Mundial en Sudáfrica: católicos contra la industria del sexo

El cardenal Napier habla del riesgo de tráfico humano durante el Mundial de fútbol

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DURBAN, miércoles 5 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- La experiencia demuestra que todo gran evento deportivo que atrae a numerosos turistas se traduce en un aumento de la demanda de prestaciones sexuales.

Para el Mundial de Fútbol 2010 (que se celebrará del 11 de junio al 11 de julio de este año) se prevé la llegada a Sudáfrica de cientos de miles de aficionados al fútbol.

Las organizaciones de protección de los niños y de derechos humanos han advertido que el tráfico de personas podría agravarse con la llegada ilegal al país de adultos y niños procedentes de Asia, Europa Oriental y otras zonas de África para la industria sexual.

En esta ocasión, la Iglesia católica se prepara para acoger a los equipos y los visitantes, por supuesto, pero también lleva a cabo varias iniciativas para combatir el riesgo de explotación (ver la web Churchontheball.com).

El arzobispo de Durban, el cardenal Wilfrid Fox Napier, explica en esta entrevista a ZENIT las actividades que la Iglesia lleva a cabo a favor de los derechos humanos.

Señala que la iniciativa de una mayor distribución de preservativos no puede funcionar en la contención de la difusión del VIH: “Es como decir que la única manera de curar el alcoholismo es dar bebidas gratis a todos los alcohólicos”.

– Eminencia, ¿qué opina sobre el riesgo de que aumente la prostitución de menores con motivo de la Copa del Mundo?

Cardenal Napier: Hay signos que demuestran que los cárteles y las mafias dedicadas a la trata de seres humanos ya han entrado en acción.

También son crecientes las informaciones de niños desaparecidos y los casos de adolescentes y adultos jóvenes que permanecen atrapados en oportunidades de trabajo “demasiado buenas como para poderse resistir”.

– ¿Hay actividades específicas que la Iglesia querría promover para este evento?

Cardenal Napier: Estamos haciendo mucho trabajo de sensibilización y distribución de información, usando casos reales aplicables.

De la misma manera estamos implicando a escuelas católicas y asociaciones de mujeres para dar mayor alcance a la actividad de información sobre el tema de la trata de seres humanos.

Por su parte, debo decir que también el Gobierno tiene el mérito de hacer un gran trabajo, mostrándose abierto a colaborar con las Organizaciones No Gubernamentales.

– ¿La Iglesia católica es la única que interviene?

Cardenal Napier: Otras Iglesias y confesiones cristianas, así como personas de otras religiones, están cada vez más implicadas, por ejemplo, la Conferencia Mundial sobre Religión y Paz, el Consejo Interrreligioso KwaZulu, y el Foro nacional de Líderes Religiosos.

La verdadera preocupación se debe al temor de una mayor transmisión del virus VIH frente a la mayor demanda del mercado del sexo. Recientemente, Gran Bretaña anunció que daría 42 millones de preservativos a Sudáfrica respondiendo a una petición de este mismo país, que ha instituido un programa de prevención del VIH específicamente para la Copa del Mundo. ¿Cuál es su punto de vista?

Cardenal Napier: ¡El Gobierno de Jacob Zuma nunca deja de sorprender! Hace pocas semanas comenzó una campaña anti-VIH/sida muy publicitada, cuyo objetivo es que 15 millones de personas se sometan al test del VIH, pero el siguiente paso de ese mismo Gobierno es aceptar, o “pedir y aceptar”, 42 millones de preservativos de Gran Bretaña. ¡Es una locura!

Se dice que los preservativos son para la Copa del mundo: pero si sólo se esperan para el evento entre 250.000 y 300.000 aficionados al fútbol y considerando obviamente que no todos tienen un estilo de vida promiscuo, ¿a quién están destinados realmente? ¿No es quizás otro ejemplo de la decadencia de Occidente y de su voluntad de vender sus decadentes bienes a las decadentes élites emergentes?

– El debate afecta al contexto y a la legitimidad de la industria del sexo: los expertos dicen que la única manera de prevenir el tráfico de seres humanos es penalizar la prostitución y promulgar leyes anti-tráfico. ¿Qué podría hacerse, en su opinión?

Cardenal Napier: Es como decir: “La única manera de curar el alcoholismo es dar bebidas gratis a todos los alcohólicos”. Tampoco tiene sentido quitar las pocas limitaciones jurídicas al imponente tráfico de niñas y mujeres jóvenes.

Las leyes anti-trata, en todo caso, deben ser directas contra los mismos: los que esclavizan a la persona víctima de la trata y contra los que sacan beneficio de ello, contra esos mismos hombres que “usan” a las prostitutas.

– Una última pregunta: ¿cómo nace la oración especial para la FIFA World Cup 2010?

Cardenal Napier: La oración, así como otros medios de atención espiritual de las iglesias se pondrá a disposición durante la Copa del Mundo, y es fruto de un acuerdo entre varios ámbitos: conferencias episcopales, diócesis y parroquias.

[Por Mariaelena Finessi, traducción del italiano por Patricia Navas]

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ZENIT Staff

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