Navidad en Argentina: Una luz «en medio del dolor y la incertidumbre»

Mensaje del nuevo obispo de Reconquista, monseñor Andrés Stanovnik

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BUENOS AIRES, 24 diciembre 2001 (ZENIT.org).- «En medio del dolor y de la incertidumbre, junto con ustedes queremos afirmar nuestra fe, agarrarnos fuerte de la esperanza y abrir nuestras manos para el sacrificio y la solidaridad». Así lo dice en su mensaje de Navidad el obispo de Reconquista, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, y expresa que «hay una buena noticia, hay una luz a pesar de la noche por la que estamos atravesando».

«Para poder ver esta luz tenemos que recogernos y contemplar el misterio que se refleja en el pesebre, hasta sentir que estamos envueltos en él», añade el prelado.

Una revuelta popular dio un inesperado giro a la historia argentina tras la crisis económica y financiera que venía arrastrando el país latinoamericano desde hace meses. Como consecuencia, dimitió el presidente Fernando de la Rúa, quien fue sustituido de manera interina este domingo por Adolfo Rodríguez Saá.

En su primera reflexión tras asumir su cargo hace pocos días, el nuevo pastor de Reconquista reconoce que «hoy a todos los argentinos nos cuesta abrir el corazón, espantar el temor y dejar en él lugar para recibir alguna buena noticia. Nos duele profundamente lo que nos está sucediendo y acompañamos con dolor a nuestros muertos y a sus familiares. Una vez más les decimos a todos que estamos con ustedes en esta dramática encrucijada de nuestra Patria».

Luego señala que «cuando nos paramos frente al pesebre nos damos cuenta de que ser humano significa ponerse en el lugar del otro como lo hizo Dios con nosotros, asumir y compartir las alegrías y los sufrimientos de los otros, ser solidarios, justos y misericordiosos».

Además, ser humanos también quiere decir «trabajar y ganarse el pan como lo hizo él, vivir fraternalmente y respetar la vida en todas sus expresiones, especialmente donde ella se manifiesta más frágil e indefensa: desde el instante mismo de la concepción, en los niños con una alimentación insuficiente, en los jóvenes que no encuentran signos de esperanza, en los adultos que se desesperan por la falta de trabajo y se angustian por las consecuencias de la situación económica; y en los ancianos y las ancianas, que después de una larga vida de trabajo, de generosidad y de fidelidad, miran con justificada preocupación el futuro de sus hijos y de sus nietos».

Monseñor Stanovnik asegura que «el nacimiento de Jesús nos llena de nueva fuerza y nos abre a la esperanza, a pesar de todo. En esta Navidad, tomémonos el tiempo para recogernos y abrir el corazón a este gran misterio que nos envuelve y nos ilumina. Reunámonos en la familia y compartamos con sencillez los sentimientos, los asombros y las perplejidades que nos provoca este acontecimiento en medio de las circunstancias que nos toca vivir».

Por último, en el mensaje, el prelado exhorta «fuertemente a todos los fieles de la diócesis y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a responder con rapidez y con generosidad al llamado solidario y urgente para compartir alimentos con los más necesitados».

«Lleven estos alimentos a las instituciones públicas, que asumieron la responsabilidad de su distribución», sugiere.

«Esta hora –concluye– exige un sacrificio mayor para que nuestros hermanos más pobres puedan celebrar con dignidad estas fiestas que son tan queridas para nuestro pueblo. Pero tomemos conciencia de que este llamado urgente a la solidaridad nos debe hacer pensar en las verdaderas causas que originaron la grave crisis por la que estamos atravesando y que no se resolverá solamente con el sacrificio y la solidaridad en momentos extraordinarios».

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ZENIT Staff

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