Navidad surrealista en Belén: Una ciudad sin festejos

Las celebraciones se viven en un clima de luto

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BELÉN, 24 dic 2000 (ZENIT.org).- Tres meses de Intifada han cubierto de tristeza la Navidad en Belén y los espíritus de sus cristianos, que hoy participan en los ritos religiosos en los lugares en los que nació Jesucristo.

Todas las ciudades del mundo están adornadas por luces y adornos navideños, a excepción de Belén, donde no habrá ni fiestas, ni fuegos artificiales, ni luces. El Ayuntamiento de Belén ha decidido que el único adorno consistirá en un árbol de Navidad decorado con luces, pero sin colores ni adornos en la plaza del Pesebre, frente a la basílica de la Natividad. En vez de bolas de Navidad, cuelga unos papeles con los nombres de unos 300 palestinos asesinados por la violencia de estas semanas.

El ejército israelí, por su parte, ha autorizado la entrada de los fieles a Belén, precisando que el permiso está condicionado al hecho de mantener la situación de seguridad en el área.

La llegada del patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Michel Sabbah, a Belén, ha desmentido los temores de los servicios de seguridad israelíes. Eso sí la procesión se ha caracterizado por un imponente despliegue de fuerzas de seguridad.

El patriarca fue escoltado por la policía israelí hasta la entrada en Belén, que se encuentra bajo territorio dependiente de la Autoridad Nacional Palestina, a a cinco kilómetros al sur de Jerusalén,. Desde ahí hasta la basílica de la Natividad, lo hizo la seguridad palestina.

Los frailes de la Custodia de Tierra Santa han hecho todo lo posible para que se respeten las normas y tradiciones que rigen las celebraciones litúrgicas desde el siglo pasado. De este modo, Sabbah pudo recibir el homenaje del alcalde y del párroco de Beit Jala, la pequeña ciudad que ha sido protagonistas de continuos disparos contra el barrio judío de las afueras de Jerusalén.

A continuación, el patriarca recibió la acogida de los párrocos de Belén y de Beit Sahour, de las autoridades civiles y de los fieles, precisamente ante la Tumba de Raquel, circundada de soldados.

El líder palestino Yasser Arafat, por su parte, regresó hoy a Cisjordania por primera vez en casi tres meses, para participar en la misa de Nochebuena de Belén.

La gran novedad de este 24 de diciembre para los cristianos ha sido la procesión penitencial que ha atravesado las callejuelas de la Belén antigua, dirigida por el patriarca, y que desembocó en la plaza contigua a la Basílica de la Natividad. La procesión sólo fue disturbada por la lluvia.

En Belén no hay peregrinos. Los 21 hoteles con capacidad para 2.250 personas están vacíos, y en las últimas semanas sólo han pasado por la ciudad cien peregrinos. Los tres albergues «Casa Nova» para peregrinos que tienen los franciscanos en Tierra Santa –en Belén, en la Ciudad Vieja de Jerusalén y en Nazaret (Galilea)–, con capacidad cada uno para unas 200 personas, están cerrados desde el comienzo de los enfrentamientos.

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ZENIT Staff

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