Nicaragua: La Iglesia, contra la reelección "ilegal" de Ortega

Critica que la Corte Suprema de Justicia avale la violación de la Constitución

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MANAGUA, viernes 28 de enero de 2011 (ZENIT.org).- La Iglesia católica reiteró su firme postura de oposición a los intentos del actual presidente de la República Daniel Ortega  de perpetuarse en el poder. El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Baéz, denunció la pasividad de otros partidos ante las manipulaciones del partido gobernante Frente Sandinista que controla la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

El obispo auxiliar de Managua criticó que los magistrados orteguistas de la CSJ hayan avalado la reelección de Daniel Ortega, pese a que eso violenta la Constitución Política del país.

Según informaba la Conferencia Episcopal de Nicaragua este 24 de enero, monseñor Báez explicó que la Iglesia ha sido clara y que la Conferencia Episcopal insiste en que se debe respetar la Constitución Política de la República, que prohíbe la reelección presidencial continua y después de dos mandatos. Los dos casos se dan en Ortega.

Sin embargo, “los manejos que se han hecho tienen mucho de fachada legal, pero en el fondo todos sabemos que son ilegalidades, manejos sucios y turbios para hacerlo parecer legal”, dijo el auxiliar de Managua.

Añadió que el atropello a la Constitución es uno de los daños más grandes que se le hace al país. «Nosotros, como pastores, hemos elevado la voz denunciándolo como pecado”, expresó el obispo auxiliar de Managua. El prelado se refería a su reciente homilía en Masaya.

Indicó que ahora le toca a los ciudadanos pedir que se respete la Constitución, ya que ellos como obispos no pueden comportarse como líderes políticos.

Consultado sobre cuánto afectaría a la sociedad la ilegalidad de la Corte, monseñor Báez respondió que “todo lo que es injusticia, ilegalidad, mentira y deshonestidad es pecado, lo cual traerá consecuencias negativas a mediano o largo plazo”.

Por su parte, el obispo emérito de Granada, monseñor Bernardo Hombach, había dicho lo mismo este 23 de enero. Afirmó que una ley que nadie observa, ni acata, es una mala ley.

“Yo creo que en este caso el problema no es tanto la reelección, en este caso lo importante es qué dice la Constitución. De lo contrario, se tendría que cambiar toda la Constitución para que el presidente actual pueda hacerse reelegir legalmente”, explicó durante una visita a Granada.

«Lo que pasa en este país, lo que más a mí personalmente y a muchos les preocupa, es la ausencia completa de la ley y sabemos todos que la CSJ no funciona; esto, todos los que lo miran de una forma objetiva están convencidos”, sostuvo monseñor Hombach.

En cambio, dijo, «tendría que ser una institución autónoma» y no depender del Gobierno ni de la Asamblea, tendría que estar integrada «por hombres que juzguen por su conciencia, conscientes que cuando tomen una decisión que no le agrade a uno u otro, que no los pueden quitar por eso».

Monseñor Báez, en una procesión eucarística en Masaya, el 16 de enero, a la que asistieron fieles de todas las parroquias y municipios del Departamento de Masaya, dijo: «Hemos querido mostrar a la sociedad que el lugar de Cristo no es sólo el templo, que nosotros los creyentes estamos convencidos y estamos comprometidos en llevar a Cristo fuera del templo, para que habite, camine y reine también en la ciudad».

«Juan presenta a Jesús como el «Cordero de Dios». La frase ciertamente evoca a los corderos de pascua que Israel sacrificó la noche en que Dios liberó a su pueblo de la esclavitud de Egipto». «Con él terminan los sacrificios y llega a plenitud la liberación de la humanidad».

Juan  presenta a Jesús precisamente como cordero, que no viene revestido de poder y armas como pensaban algunos de su época. Recordó que, cuando la Biblia quiere presentar los poderes políticos violentos y opresores que a lo largo de la historia atropellan la dignidad de los seres humanos utiliza otras imágenes también de animales, como leones.

«Jesús libera a las víctimas llegando a ser él mismo víctima por amor, solidario con la humanidad sufriente y pecadora. El nos salva y da la vida por amor, él es el signo vivo del perdón y de la vida que Dios ofrece al mundo», subrayó.

Explicó que sólo el Evangelio de Juan habla del «pecado del mundo», la situación de la humanidad cerrada a Dios, que no le escucha ni le obedece. «El ‘pecado del mundo’ –dijo- nace de las tinieblas de la humanidad que se cierra en forma egoísta a Dios».

Señaló que hoy se usan otras palabras, tomadas de las ciencias sociales y jurídicas, para nombrar el pecado. Y así se habla de «tráfico de armas, narcotráfico, inmoralidad, abuso de menores, pobreza extrema, corrupción social y política, atropellos contra la Constitución y las leyes del país», explicitó.

«En el ámbito social todo lo que es injusticia, todo lo que genera desigualdad social, todo lo que es ambición y egoísmo, todo lo que contribuye a hacer más grande la brecha entre ricos y pobres, es pecado», dijo.

«En el ámbito político, comprar y vender las conciencias, irrespetar las leyes que aseguran la convivencia civil, ejercer el poder no como servicio sino como dominio despótico, es pecado», insistió.

Recordó que los obispos de Nicaragua han pedido ante todo «orar», pues «orando prestamos nuestra primera contribución a la transformación del mundo, abriendo el corazón y la historia al poder del Señor Resucitado».

Pero, añadió «también es necesario que identifiquemos el ‘pecado del mundo’ y no nos quedemos indiferentes ante él, sino que con inteligencia crítica y con la valentía de los primeros cristianos sepamos denunciar todo aquello que crea y nutre el pecado del mundo en nuestra sociedad».

Advirtió del «peligro terrible» de que la sociedad nicaragüense se acostumbre a ver como normales tantas manifestaciones del «pecado del mundo».

«No nos acostumbremos al pecado social. Con nuestra palabra de denuncia, superando nuestra indiferencia y comprometiéndonos, no sólo como ciudadanos, sino como creyentes y en nombre de Cristo», exhortó.

«Podemos cambiar nuestra sociedad y hacer una Nicaragua mejor, más justa, más democrática, más pacífica y más desarrollada. Iniciemos este nuevo año en el nombre del Señor”, para, con la fuerza de la fe, construir una Nicaragua mejor.

Días antes, la Conferencia Episcopal celebró su asamblea en León e hizo parecidas afirmaciones. Su secretario general René Sándigo afirmó sobre el llamamiento del presidente Ortega a que la campaña electoral sea sin insultos ni ataques, que eso habría que “mantenerlo grabado para, si en un momento se dan insultos de una parte o de otra, recordar que él mismo hizo un llamado a tener proceso sin insultos”.

Prometió un seguimiento de la realidad nacional y una carta de los obispos en septiembre, «cuando falte poco tiempo para las elecciones» que se dirigirán al pueblo de Nicaragua «para que el proceso electoral satisfaga o por lo menos evolucione de manera positiva”.

Ver también en ZENIT: http://www.zenit.org/article-37847?l=spanish; http://www.zenit.org/article-37541?l=spanish.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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