KÖNIGSTEIN, viernes, 14 octubre 2005 (ZENIT.org).- «Mi país sigue padeciendo las consecuencias del conflicto armado librado en los años ochenta. La reconciliación y el diálogo son difíciles de alcanzar», ha señalado monseñor Leopoldo Brenes, el nuevo arzobispo de Managua, en su primera visita a Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).
Subrayando el papel mediador que ejerce la Iglesia en conflictos sociales, el prelado explicó: «Entre los principales problemas están las reivindicaciones de tierras, pero también están la pobreza, tan extendida; la falta de empleo, que afecta sobre todo a los jóvenes, y las bandas juveniles».
En cuanto a las prioridades de la Iglesia, monseñor Brenes citó la formación de seminaristas y líderes laicos: «En la actualidad, unos 250 futuros sacerdotes se están formando en los 4 seminarios mayores de Nicaragua. Cada año se ordenan entre 12 y 15 nuevos sacerdotes. También los seminarios menores son importantes porque fortalecen la fe y la educación de los jóvenes».
En 2004, AIN destinó más de 200.000 euros a proyectos pastorales en Nicaragua.
