La Comisión Electoral Independiente de Nigeria (INEC, por sus siglas en inglés) ha ordenado posponer al 28 de marzo las elecciones presidenciales previstas para el próximo día 14 de febrero por la falta de seguridad para los votantes y el personal electoral.
El presidente del organismo, Attahiru Jega, ha anunciado la decisión de retrasar seis semanas los comicios ante la grave situación de violencia en el norte del país, donde el grupo terrorista Boko Haram controla amplias zonas y perpetra atentados a diario.
La campaña electoral ya se vió amenazada el pasado 2 de febrero cuando un coche bomba estalló en las inmediaciones de un estadio en la localidad de Gombe, en el noreste del país, poco después de que el presidente Goodluck Jonathan abandonara el lugar tras participar en un mitin electoral.
Las elecciones presidenciales y al Parlamento federal se celebrarán el día 28 en lugar del próximo sábado, mientras que las elecciones estatales serán el 11 de abril en vez del 28 de febrero previsto inicialmente.
Los rumores de un aplazamiento de los comicios habían circulado durante las últimas semanas, aunque la petición no había sido realizada formalmente hasta ahora, coincidiendo con la primera intervención de la fuerza multinacional –compuesta por tropas malienses, camerunesas y nigerinas– contra Boko Haram.
Esta decisión ha sido adoptada por la Comisión electoral para permitir que el contingente militar responsable de la lucha contra la secta islamista, pueda recuperar las zonas controladas por las milicias yihadistas y reforzar la seguridad en el noreste de Nigeria, a fin de permitir el buen desarrollo de las elecciones.
A primeros de mes los insurgentes suníes lanzaron una ofensiva a gran escala sobre Maiduguri, la capital del estado de Borno, en un intento de capturar una ciudad estratégica para las aspiraciones del grupo fundamentalista.
Ante estas votaciones, Boko Haram intensificó su campaña de terror contra varios estados del noreste del país. En esta línea, cabe destacar la matanza registrada en la localidad de Baga, donde se estima perdieron la vida cerca de dos mil personas.
No es la primera vez que Nigeria pospone unas elecciones, ya que en 2011 la INEC aplazó las parlamentarias por la falta de material electoral en los colegios. Los comicios, celebrados en el mes de abril de ese año, resultaron ser de los más sangrientos en la historia del país. Más de 800 personas fueron asesinadas en tres días debido a los disturbios en doce estados del norte y más de 65 mil se vieron desplazadas.
