Nigeria: La religión no puede justificar la violencia, según los obispos

Tras los dramáticos enfrentamientos suscitados por la ley islámica

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LAGOS, 12 septiembre 2001 (ZENIT.org).- Los obispos nigerianos, reunidos en asamblea plenaria, iniciada este martes en Lagos, han expresado su profunda preocupación por los nuevos choques violentos que han producido casi dos centenares de muertos en el país en protestas por la aplicación de la estricta ley islámica, la «sharia».

La Asamblea se abrió con una eucaristía en la Iglesia de San León, en Ikeja Lagos, con la asistencia de 41 obispos, varios sacerdotes, religiosas, fieles laicos, y otros.

Presidió la celebración el líder de la Conferencia Episcopal de Nigeria (CBNC), monseñor John Onaiyekan de la diócesis de Abuja, mientras que la homilía estuvo a cargo del arzobispo Anthony Olubunmi Okogie, de Lagos. El nuncio, monseñor Osbaldo Padilla asistió a la misa, así como dignatarios del Gobierno.

Monseñor Onaiyekan lamentó la actual atmósfera de tensión y choques violentos en algunos lugares de Nigeria que han impedido a varios obispos asistir a la Asamblea.

En el momento en el que el prelado hablaba, el 11 de septiembre, más de 165 personas habían muerto y otras 928 habían resultado heridas, desde el pasado viernes, en los sangrientos enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en la ciudad de Jos, en el centro de Nigeria

«Mientras estamos aquí reunidos, hay tensión y choques violentos en la ciudad de Jos y en la ciudades de los alrededores. Nuestro hermano, el arzobispo de Jos, monseñor Ignatius Kaigama, ha tenido que quedarse en casa para observar los acontecimientos y no puede estar con nosotros», declaró.

El arzobispo indicó que Jos no es el único lugar donde hay discordia y conflicto: «Hemos oído los recientes acontecimientos en los estados de Nassarawa y Bauchi States». Describió estas tensiones y choques como «síntomas de una mayor discordia interna en nuestra nación».

«Cualquiera que sea la causa de la discordia y el conflicto, real o imaginada, la Iglesia debe ser siempre tenida en cuenta como un agente de reconciliación y de paz», añadió el obispo.

«Quienes usan el nombre de la religión para perpetrar atrocidades sólo están usando mal el nombre de la religión –aclaró–. Creemos que la mayoría de los nigerianos cristianos y musulmanes no desean otra cosa que vivir aquí los unos con los otros».

El arzobispo Onaiyekan reiteró que el tema de la «sharia» necesita ser controlado cuidadosamente «si queremos que haya armonía religiosa en este país».

«El fracaso del Gobierno en llamar al orden a quienes insisten en disturbar nuestra paz religiosa es un modo de animar a quienes siguen tomándose libertades indebidas», constató con tristeza.

El nuncio apostólico Osbaldo Padilla llamó a los obispos a «inspirarse en el espíritu purificador del humilde arrepentimiento del Año Santo y que se refleja en nuestro ministerio episcopal no como una forma de poder y prestigio sino como una expresión auténtica del servicio a la Iglesia y al mundo».

La Asamblea se concluye mañana jueves con una declaración episcopal sobre el estado de la nación.

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ZENIT Staff

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