Niños soldado, carne de cañón

Tratando de poner fin a la situación de los niños soldado

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ROMA, miércoles, 27 febrero 2008 (ZENIT.org).- Ha llegado la hora de penalizar a quienes utilicen a niños en guerras, se decía en un reciente debate del Consejo de Seguridad de la ONU. El 12 de febrero, el consejo tuvo una reunión de todo un día para analizar la cuestión de los niños soldado.

En su discurso a los asistentes, la representante especial para niños y conflictos armados del secretario general de la ONU, Radhika Coomaraswamy, se quejaba de la falta de actuaciones contra quienes utilizan a niños como combatientes en las guerras, informaba una nota de prensa de la ONU el 12 de febrero.

Recomendaba al consejo que considerara medidas como restricciones para viajar a los líderes, embargos de armas y limitaciones de asistencia militar. Durante el curso del debate, los portavoces que representaban a docenas de naciones hablaron del azote de los niños obligados a portar armas en conflictos.

El debate del Consejo de Seguridad siguió a un informe sobre el tema del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Según el informe publicado el 21 de diciembre, se sigue usando a niños en conflictos armados en más de una docena de países.

El informe nombraba Afganistán, Burundi, Chad, República Centroafricana, Colombia, la República Democrática del Congo, Myanmar, Nepal, Filipinas, Somalia, Sudán, Sri Lanka y Uganda, como los principales infractores. El informe, titulado «Niños y Conflictos Armados», cubre el periodo de octubre de 2006 a agosto de 2007.

El documento explicaba que, con frecuencia, el reclutamiento de niños está ligado al problema de los refugiados forzados a huir de conflictos. Por un lago, las familias se ven forzadas a huir de sus hogares y evitar que sus hijos sean apresados por grupos armados. Por otro, los campos de refugiados suelen ser objetivo de grupos armados puesto que tienen un gran número de niños indefensos.

Abusos sexuales

Los niños, tanto chicas como chicos, también sufren frecuentemente violaciones y abusos sexuales durante su participación forzada en los conflictos. Dada la extensión de este problema, el secretario general se mostró de acuerdo con la reciente decisión del Tribunal Penal Internacional de abrir una investigación en la República Centroafricana por acusaciones de violaciones y otros crímenes sexuales cometidos durante el conflicto entre el gobierno y las fuerzas rebeldes.

De los abusos no sólo son culpables los grupos rebeldes. El informe observaba que en algunos países los niños son usados como guías e informadores para las operaciones militares del gobierno, normalmente bajo coacción.

El secretario general trató también algunos problemas ligados a los conflictos que afectan a los niños. Con frecuencia los colegios y sus profesores son objetivos de los grupos rebeldes, lo que significa que los niños se quedan sin educación. Los niños también sufren al estar en medio de la lucha, y son más vulnerables que los adultos. Asimismo, el uso de bombas racimo y de minas en algunos países sigue causando bajas después de que haya cesado la lucha.

El 4 de febrero el Consejo de Seguridad también publicaba un informe titulado: «Niños y Conflictos Armados». Describiendo como «horrible» el impacto en los niños de los conflictos armados, el informe calculaba en más de 2 millones el total de niños asesinados en las zonas de guerra durante las últimas dos décadas.

Otros seis millones han sufrido lesiones o han quedado discapacitados de forma permanente, indicaba el informe. En cuanto al tema de los niños soldado, el Consejo de Seguridad afirmaba que «más de un cuarto de millón de jóvenes han sido explotados como niños soldado en al menos 30 países».

Necesidad de soluciones

El interés en el tema del Consejo de Seguridad ha aumentado desde que una resolución, en el 2005, estableció un mecanismo de seguimiento e información, junto con un grupo de trabajo, sobre el tema de los niños y los conflictos armados.

Sin embargo, este interés ha tenido efectos prácticos limitados, admitía el informe. Aunque ahora hay disponible más información, el informe observaba que hay una falta de respuesta a los problemas identificados.

El texto del Consejo de Seguridad enumera algunos resultados positivos. Un acuerdo el 2007 en la República Centroafricana dio como resultado la liberación de 400 niños de grupos armados. En mayo del año pasado el gobierno de Chad firmó un acuerdo de desmovilización de niños soldado. En Costa de Marfil, cerca de 1.200 niños fueron liberados tras un acuerdo en noviembre de 2005.

Estos éxitos han sido limitados, llevando al informe a concluir que: «se necesita una actuación más decidida, que incluya sanciones, contra los violadores persistentes así como procedimientos más sistemáticos para que se elaboren informes y se asegure su cumplimiento».

Quedan dudas, no obstante, de que esto pueda ocurrir. El informe confesaba que muchos de los miembros del Consejo de Seguridad son reacios a actuar de forma decidida contra los infractores.

Dudas similares comparten algunas organizaciones de derechos humanos implicadas en la campaña contra la utilización de niños soldado. Una de ellas, la Coalición para Poner Fin al Uso de Niños Soldado, publicaba un informe sobre el tema antes de la reunión del Consejo de Seguridad. La entidad, con sede en Londres, la crearon en 1998 varios organizaciones humanitarias y de derechos humanos.

En su documento, titulado «El Consejo de Seguridad y los Niños y los Conflictos Armados: Próximos Pasos para poner Fin a las Violaciones contra los Niños», la coalición reconocía los avances de Naciones Unidas frente al problema.

No obstante, el informe criticaba al Consejo de Seguridad por ser «inconsistente y generalmente débil» en su actuación contra los violadores persistentes que reclutan y utilizan niños soldado. Esto significa que los infractores, continuaba la coalición, pueden llegar a considerar que no se enfrentarán a penas significativas.

Los problemas de las chicas

Otro informe publicado con ocasión del debate de la ONU ha sido: «Bajas Olvidadas de Guerra: las Chicas en los Conflictos Armados», de la Alianza Internacional Save the Children. También con sede en Londres, la organización se ocupa de ayuda humanitaria para niños.

Estimando aproximadamente en 300.000 el número de niños que se han visto implicados en conflictos a lo largo del mundo, el informe calculaba que más del 40% eran chicas. Además de en la lucha activa, las chicas están implicadas en la limpieza y en proporcionar ayuda médica, y también son usadas como posesiones sexuales por los líderes de los grupos armados.

El informe defendía que las chicas suelen ser víctimas invisibles, cuyas necesidades no son tenidas en cuenta. Un caso ejemplar son los programas para los antiguos niños soldado una vez que terminan los conflictos. La alianza indicaba que con frecuencia se pasan por alto las necesidades de los niños y, en especial, de las chicas.

De igual forma, tras volver a casa, las chicas suelen ser marginadas y excluidas de sus comunidades, observaba el informe, puesto que se las considera o violentas o promiscuas. Esto ocurre incluso más si están embarazadas o vuelven con sus bebés.

La alianza pedía a la comunidad internacional que apoyase y financiase la liberación de niños de grupos armados, y también proporcionara fondos para programas que ayudasen en su integración a la comunidad. También pedía una atención especial y fondos para ayudar a las chicas a volver a la vida normal.

Eliminar la violencia

El Vaticano también ha mostrado su preocupación por el destino de los niños atrapados en los conflictos. El 23 de marzo del año pasado, monseñor Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Ginebra
, pronunciaba un discurso en la cuarta sesión del Consejo de Derechos Humanos.

Los niños suelen ser las primeras víctimas de las hambres y de las guerras, observaba monseñor Tomasi. Tras enumerar algunos de los problemas a los que se enfrentan los niños, el representante vaticano comentaba que: «El objetivo de eliminar la violencia contra los niños y proporcionar un contexto constructivo y sano para su desarrollo exige que el estado y la sociedad apoyen de forma concreta y favorezcan a la familia para llevar a cabo su tarea».

«El futuro de la sociedad depende de los niños y de cómo se preparen para ello, y su vulnerabilidad pide una especial protección», observaba.

Por el padre John Flynn, L. C., traducción de Justo Amado

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ZENIT Staff

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