No hay argumento que justifique las minas antipersonal, según la Santa Sede

Benedicto XVI manifiesta su cercanía a las víctimas en la Conferencia de Cartagena

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes 14 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha explicado que no hay argumentos éticos que justifiquen la producción o uso de minas antipersonal.

Así lo aclara el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, en una carta enviada en nombre de Benedicto XVI a la segunda Conferencia de Examen de la Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transporte de las minas antipersonal y su destrucción, celebrada en Cartagena (Colombia), del 29 de noviembre al 4 de diciembre.

Por este motivo, la Santa Sede ha pedido a todas las naciones la adopción de esta Convención, también conocida como el Tratado de Ottawa, respaldada por 156 países, firmada el 3 de diciembre de 1997 y en vigor desde el 1 de marzo de 1999. China, la India, Estados Unidos y Rusia son los cuatro estados más importantes que no lo han firmado.

Asimismo, en la misiva, la Santa Sede hace «un llamamiento a todos los Estados para que reconozcan las deplorables consecuencias humanitarias de las minas antipersonal».

Según escribe Bertone, «la experiencia muestra que estas armas han causado más víctimas y daños entre la población civil, que habría que defender, de lo que han servido para defender a los Estados».

«Los miles de víctimas que siguen provocando nos recuerdan, en el caso de que aún fuera necesario repetirlo, la quimera de querer construir la paz y la estabilidad con una visión exclusivamente militar».

El colaborador más cercano del Santo Padre reitera «que la paz, la seguridad y la estabilidad no pueden estar sólo en función de la seguridad militar, sino que dependen sobre todo de que se den todas aquellas condiciones que permitan el pleno desarrollo de la persona humana, que tantas veces se ven impedidas por el uso y la presencia de minas antipersonal».

Asimismo, la misiva expresa la cercanía de Benedicto XVI «a todas las víctimas, a sus familias y a los países afectados. Todos ellos necesitan fuerza de voluntad y valor para emprender un proceso de rehabilitación, y precisan también de nuestra ayuda y cercanía humana».

<p>Por otro lado, el Papa «reitera el apoyo sin reservas de la Santa Sede a quienes están comprometidos en la gran tarea de liberar nuestro mundo de las minas antipersonal».

La Conferencia de Revisión de la Convención de Ottawa concluyó con el propósito de prestar mayor asistencia a las víctimas y la confirmación de que cuatro países (Albania, Grecia, Ruanda y Zambia) limpiaron de estas minas todas sus áreas, en cumplimiento del Tratado de Ottawa.

El Plan de Acción de Cartagena para guiar los esfuerzos de implementación de la Convención de Ottawa entre 2010 y 2014 tiene como principales ejes la asistencia a las víctimas de minas antipersonales y el desminado humanitario de campos contaminados.

La carta da gracias, en nombre del Papa, por el trabajo realizado a la noruega Susan Eckey, presidenta de la Conferencia de Revisión del Tratado de Ottawa.

Eckey señaló durante la clausura del evento que se logró enfocar los esfuerzos hacia los sobrevivientes y sobre las personas que viven con riesgo de minas antipersonal.

Veinte países de los 39 que no se han adherido al Tratado de Ottawa asistieron como observadores, entre ellos por primera vez Estados Unidos, que anunció una revisión a su política de minas antipersonales, aunque por el momento no tiene previsto firmar la Convención.

En 2008 sólo usaron minas antipersonal los ejércitos de Rusia y Birmania, mientras que grupos insurgentes como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y los Tigres Tamiles de Sri Lanka se convirtieron en los principales agentes no gubernamentales en utilizar esas armas.

La carta del cardenal Bertone puede leerse en la sección de documentos de la página web de ZENIT (www.zenit.org).

Por Jesús Colina

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ZENIT Staff

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