No rompamos la unidad de la Doctrina Social de la Iglesia

Por monseñor Giampaolo Crepaldi*

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ROMA, jueves 29 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Ya he tenido la oportunidad de destacar lo equivocado que es continuar insistiendo en la división entre el método deductivo e inductivo en la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). Quisiera volver a este tema ya que he notado que, a pesar de las muchas reflexiones que hacen improbable el esquema deducción/inducción, se continúa insistiendo en esto. Considero que son posiciones atrasadas y conservadoras.

En el último número de la Revista de teología moral (nº 171, julio-septiembre de 2011), Marciano Vidal vuelve al tema en el artículo La cuestión social pertenece a la teología y a la teología moral (págs.: 343-350). Vidal insiste de nuevo en “un paradigma preconciliar o neo-escolástico” que habría tenido las siguientes características: sujeto de la DSI es la jerarquía, el método es deductivo, el orden social viene sometido al orden cristiano.

Todavía hoy, en un cierto sentido, el sujeto de la DSI es la jerarquía. Ciertamente es necesario distinguir: ya que la DSI es (también) “acto de magisterio”, también ahora su sujeto, desde este punto de vista, es la jerarquía. Si consideramos otros puntos de vista, surgen otros sujetos eclesiales y, al final, surge la Iglesia en cuanto tal, como sujeto unitario y orgánico. La DSI, de hecho, pertenece a la misión de la Iglesia. ¿Pero estamos seguros de que estas uniones no eran conocidas para la DSI preconciliar? Y sobre todo, ¿estamos seguros de que no se supiese que el sujeto último es la Iglesia en cuanto tal? No estoy seguro de afirmarlo de forma definitiva.

La expresión método deductivo es muy ambigua y ya he propuesto la superación de esta terminología. ¿En la Rerum Novarum no hay un análisis de la realidad histórica? ¿Las res novae de las que se ocupa no surgen, antes que nada, de la sociedad de la época, que León XIII describe oportunamente? Si deductivo quiere decir que la DSI proyecta la luz del Evangelio sobre la cuestión social, entonces podemos decir que la DSI es deductiva, pero toda, también la post-conciliar, ya que hace exactamente eso. Si deductivo significa que esta deduce la actuación práctica de conceptos abstractos y de manual, entonces nunca ha sido deductiva porque nunca ha actuado así.

En cuanto al “sometimiento del orden social al orden cristiano”, quiero destacar que la DSI nunca ha dejado de afirmar que no hay solución a la cuestión social sino es dentro del Evangelio. También Caritas in veritate lo dice. No niego ciertamente que existan diversidades de énfasis en la DSI de finales del siglo XIX y en las últimas encíclicas de los pontífices de este siglo, pero en ninguna -ni en estas ni en las otras- puede disminuir el principio de la centralidad de Cristo en la construcción de la sociedad.

Considero que no es útil retomar las notas críticas a la DSI expresadas en los años ’60 y ’70 y me extraña que, a pesar de lo afirmado a este respecto en Caritas in veritate, se continúe diciendo que el Magisterio social de Pablo VI se vio afectado por estas críticas y por la dificultad de hablar de DSI. Como no encuentro correcto sostener que el fuerte empeño de Juan Pablo II de retomar la DSI haya sido posible gracias a las críticas de los ’60 y ’70. Creo que fue todo lo contrario: Juan Pablo II enlazó con el magisterio precedente para refutar esas críticas y desarrollando posteriormente el discurso sobre la DSI que esas críticas habrían querido bloquear. Quien a su vez criticaba este empeño de Juan Pablo II, ahora presenta su magisterio como consecuencia de las críticas de aquellos tiempos a la DSI, más que como el intento de retomar la total historia de la DSI y de la totalidad de su corpus doctrinal.

Recuerdo que la Caritas in veritate dice: “no contribuyen a aclarar ciertas subdivisiones abstractas de la doctrina social de la Iglesia que aplican a la enseñanza social pontificia categorías extrañas a la misma. No hay dos tipologías de doctrina social, una conciliar y una post-conciliar, contrapuestas entre ellas, sino una única enseñanza, coherente y al mismo tiempo siempre nueva”. Deberíamos atenernos a esta afirmación de Benedicto XVI.

Marciano Vidal habla también del Compendio de la Doctrina Social de 2004. Habla de él como de “un punto de inflexión en la historia -más que centenaria- de esta forma de acción magisterial de la Iglesia”, dejando entender que el Compendio certificaría la contraposición entre los dos esquemas –pre-conciliar y post-conciliar– por él propuestos. Querría desmentir esta interpretación. El Compendio no representa ningún “punto de inflexión”, porque no los hay en la Doctrina Social de la Iglesia. Basta sólo un ejemplo para confirmar esto. Según Vidal, la “nueva” DSI habría abandonado el concepto de ley natural. Sin embargo, el concepto de ley natural está muy presente en el Compendio, así como en la Caritas in veritate y en el magisterio ordinario de Benedicto XVI.

[Traducción del italiano por Carmen Álvarez]

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*Monseñor Giampaolo Crepaldi es Arzobispo de Trieste y Presidente de la Comisión “Caritas in veritate” del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE).

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ZENIT Staff

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