Noticias falsas sobre la mezquita de Nazaret

Custodia Franciscana: La relación entre musulmanes y cristianos es buena

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JERUSALÉN, 16 noviembre 2001 (ZENIT.org).- El gobierno de Israel no ha bloqueado la construcción de la mezquita de Nazaret; es una noticia falsa. Lo confirma a la agencia Fides, el padre David Jaeger, portavoz de la Custodia de Tierra Santa.

El padre Jaeger revela que también es falso el que este asunto haya creado tensiones entre cristianos y musulmanes en Israel. Las únicas tensiones, afirma, han surgido con el Gobierno de Israel, que ha tomado esta decisión en contra de la misma Justicia israelí.

Según un despacho de AP publicado desde Jerusalén, autoridades israelíes habrían detenido los trabajos de construcción de este edificio que quiere construir una minoría de fundamentalistas islámicos en frente de la Basílica de la Natividad en Nazaret.

El edificio no responde a las necesidades espirituales de la comunidad islámica, que ya cuenta con otros lugares de culto, sino a las reivindicaciones de un grupo fundamentalista local que en años pasados agredió a los peregrinos en la misma explanada de la Basílica en Pascua.

«Hemos verificado que las obras continúan, incluso en la noche entre el jueves y el viernes, después de la difusión de estas noticias falsas –explica el portavoz de la Custodia Franciscana–. Más aún, el prestigioso periódico «Haaretz» revela que el Ministerio del Interior está intencionado a continuar e incluso acelerar todo lo necesario la construcción de la mezquita».

«Las autoridades israelíes, a pesar de las solicitudes provenientes de todo el mundo cristiano a todos los niveles, han decidido construir la mezquita –sigue explicando Jaeger–. Quiero subrayar del modo más claro que la Iglesia no tiene ninguna disputa con los musulmanes en este caso, sino solamente con el gobierno. Es el gobierno el que ha deliberado formalmente la construcción de la mezquita en ese lugar y corresponde al gobierno revocar tal deliberación».

La Iglesia, explica el fraile franciscano, «apoyaría cualquier solicitud de los conciudadanos musulmanes para que se respete su libertad religiosa, así como todos los esfuerzos orientados a que el gobierno les restituya la plena libertad religiosa».

«Por ejemplo –concluye David Jaeger–, tras la guerra de 1948, el gobierno confiscó todo el patrimonio de tierras de la religión musulmana en Israel. En el país hay, además, decenas de mezquitas destruidas o semidestruidas. Los movimientos y las asociaciones musulmanas querrían reconstruirlas, pero correrían el riesgo de tropezar con el rechazo de las autoridades públicas, que negarían el permiso. El gobierno israelí tendría muchísimos modos de hacer justicia al conjunto de los ciudadanos musulmanes y, en este sentido, sólo recibiría aplausos por parte de los cristianos».

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ZENIT Staff

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