'Nuestra preocupación es que el Evangelio brille en medio de la humanidad'

Entrevista con el arzobispo de Pamplona, monseñor Francisco Pérez, en Roma para la visita ad límina de los obispos españoles

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El Santo Padre ya ha comenzado sus encuentros con los obispos españoles que acuden a Roma para la visita Ad Limina. Este lunes fue el turno de las provincias eclesiásticas de Burgos y Pamplona. El arzobispo Francisco Pérez, habló con ZENIT para contar algunos detalles del encuentro con el Santo Padre y cómo será la Visita Ad Limina.

¿Cómo definiría la reunión con el Santo Padre?
–Monseñor Pérez: Yo ya tenía la experiencia con el beato Juan Pablo II, que además tengo la suerte de contar que fue él quien me ordenó obispo. Pero esta vez ha sido un nuevo método que me parece muy interesante al ir juntas las dos provincias eclesiásticas, Burgos y Pamplona. Ha sido un encuentro gozoso, y como él mismo dice, al ser argentino eso le marca. Tiene ese estilo y ese don de comunicación, que se le entiende bien porque es muy pastoral. Hemos hablado desde distintos ángulos de la importancia de la evangelización, de la importancia de anunciar a Jesucristo a los jóvenes para que descubran su vocación, la función del laicado y todo lo que es propio de una Visita Ad Limina, con la preocupación de que el Evangelio brille en medio de la humanidad. Yo siempre digo que más allá de lo que somos cada uno de nosotros, está el Señor que es el que tiene que brillar.

En el encuentro sentía una presencia de Dios en medio de nosotros. Y con espontaneidad cada uno ha ido narrando experiencias, inquietudes, preguntas, elemento para discernir. Ha sido un diálogo en el que el Papa también iba exponiendo su parecer y su visión. Ha sido la sensación de unos hermanos que se reúnen con el hermano mayor. Me sentía al lado de aquel que como Pedro sostiene la Iglesia.

¿Cuáles son las grandes preocupaciones comunes en el obispado español?
–Monseñor Pérez: Yo creo que una de ellas es que muchas veces podemos constatar la desorientación que hay en la sociedad. Una sociedad a veces manipulada por muchísimas ideologías de tipo materialista, de tipo sexista, la conocía como ideología de género… Hay una serie de corrientes que arrastran a la sociedad y por eso el Evangelio cuando se anuncia va contracorriente. Pero es conveniente hacerlo porque cuando se pierde el sentido humano hay que recordar que somos Hijos de Dios, que nos ama y ha apostado por nosotros. Y necesita de nosotros, como cuenta la parábola, el padre se preocupa y quiere que le hijo vuelva a casa. Creo que estamos pasando esta experiencia a nivel social donde en muchos momentos parece que el hombre se basta por si mismo, pero no se puede alimentar solo con las algarrobas, sino que tiene algo más, una meta mucho más grande que es vivir en la casa del Padre. Además está también el tema de la familia, una sociedad que pierde la célula de la familia es una sociedad que puede desintegrarse. Por eso el Papa está preocupado por este tema y de ahí el Sínodo de los obispo que tratará este tema y nos pide que colaboremos y comuniquemos lo que vemos para que después del Sínodo haya una exhortación apostólica que ayude a alentar y animar a esta sociedad. Esto lo tiene muy dentro el Santo Padre, recuperar lo que es el sentido de la familia.

Y en estos días visitarán también los dicasterios de la Curia, ¿qué espera de estos encuentros?
–Monseñor Pérez: Nosotros hemos enviado una memoria, cada obispo de su diócesis, que se divide en distintas partes. Este informe pasa por cada Congregación que verá su tema correspondiente: el clero, vida consagrada, laicos… En la reunión con cada prefecto o presidente del Consejo Pontificio vamos hablando, nos preguntan y tratamos diversos temas.

Y ¿cómo es el trabajo de la Visita Ad Limina?
–Monseñor Pérez: Es como un momento en el que se quita «el polvo» que a veces se acumula con los hábitos y el ir caminando casi espontáneamente y por eso se necesita mirar a un lado y al otro para ver si estamos haciendo lo que Dios quiere. Entonces esto es como un análisis donde metemos el scanner y desde ahí vamos viendo cosas que debemos potenciar, superar, anunciar con más ahínco, ver las necesidades que hay en la comunidad, si estamos ayudando a los pobres, necesitados, misioneros…

Por ejemplo, en mi diócesis hay 1.030 misioneros y a través de la concienciación en las parroquias se favorece para que ellos sientan que les apoyamos y les alentemos.

La Iglesia es salud y medicina para la humanidad, es encuentro con el ser humano donde se busca ser discípulos de Cristo. A veces me dicen que tenemos que «vender» mejor lo que hacemos. Pero nosotros no tenemos que hacer propaganda, la vida es vida y resplandece por sí misma.

En su diócesis, ¿ha notado algo así como el ‘efecto Francisco’?
–Monseñor Pérez: Yo creo que sí. Él mismo cuando se lo hemos comentado se reían y nos decía que esto es obra del Espíritu y que él hace lo mismo que ha hecho siempre. También nos decía que no es ‘cosa mía sino nuestra’. Es una realidad que el Espíritu Santo hoy quiere tocar el corazón y le ha puesto a él y él va llegando al corazón. También veo que hay mucha gente cansados de una vida que no llena su corazón y está buscando, y como el Papa tiene una resonancia mundial… El sorprendido es él, y el mismo lo dijo en una ocasión. Él sigue haciendo lo que ha hecho siempre, antes en un territorio más local y ahora en un ámbito global. Y lo que anuncia es luz, es verdad y es vida. 

El papa Francisco no tiene un marketing especial que le hayan hecho, ni un método. Él se expresa tal como es, un hombre lleno de Dios que anuncia a Jesucristo con franqueza, sencillez, palabras que pueden ayudar a despertar a los dormidos y ejemplos que nos pueden ayudar. Él nos ha recordado cuando contó que se confesaba cada quince días y salió en todos los periódicos «el Papa se confiesa’ y él nos decía ‘¡si yo lo he hecho siempre!’ Claro, a veces comunicar la normal es convierte en algo extraordinario. Pero todo esto él lo toma como una gracia de Dios, él hace de puente que es lo que significa pontífice.

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Staff Reporter

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