Nueva beata palestina para la Iglesia en Tierra Santa

Marie-Alphonsine Danil Ghattas elevada a los altares en Nazaret

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NAZARET, lunes, 23 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Fieles de toda la Tierra Santa, incluyendo Jordania e incluso de Siria llenaron hasta los topes la Basílica de la Anunciación di Nazaret para celebrar la beatificación de la religiosa palestina Marie-Alphonsine Danil Ghattas.

El rito fue presidido por el prefecto de la Congregación vaticana de las Causas de los Santos, el arzobispo Angelo Amato, en presencia del patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Fouad Twal, quien presidió la Eucaristía.

Nacida en Jerusalén, en 1843, sor Marie-Alphonsine es la cofundadora de la Congregación de las Hermanas del Rosario, la única congregación autóctona de Tierra Santa. Falleció en Ain Karem el 25 de marzo de 1927.

En el mensaje, pronunciado durante la celebración, monseñor Amato subrayó en particular la obra desempeñada por la religiosa para hacer «resplandecer aún más la dignidad y la nobleza de la mujer».

«La santidad de la madre Marie-Alphonsine muestra el arraigamiento existencial del Evangelio en la tierra de Jesús y de María. La beata tenía un amor especial por esta tierra, su tierra, la tierra bendita por Jesús. La Sagrada Familia de Nazaret constituía para ella su familia, y María era su mamá celestial».

Por este motivo, no sólo es «testigo creíble del Evangelio», sino también «una gloria de la Iglesia católica y una perla preciosa de esta noble Tierra de Jesús».

Que su beatificación –deseó monseñor Amato– dé un nuevo empuje a la Iglesia local para que «siga confiando en la Divina Providencia y en la eficaz protección de María, la madre que nunca deja solos a sus hijos».

Una vida al servicio de la dignidad de la mujer

En la homilía, el patriarca Twal dijo que la madre Marie-Alphonsine «es una imagen preciosa, árabe y de Jerusalén, una ilustración espléndida del Evangelio de Cristo».

Su Beatitud reveló que la nueva beata tuvo repetidas visiones de la Virgen, quien le pidió que fundara «una congregación local de religiosas para las hijas de su país, que debería tomar el nombre de Religiosas del Rosario». 

La Congregación del Rosario, reconoció el patriarca, «fue, es y será el brazo derecho del patriarcado latino en las escuelas, parroquias e instituciones. Juntos, generación tras generación, los sacerdotes del patriarcado latino y las religiosas del Rosario han testimoniado y testimonian el Evangelio en la diócesis y en otros países árabes».

El patriarca subrayó que el silencio «fue la expresión de su profunda santidad y de su increíble humildad».

«Una vida sin cruz y sin sufrimiento es una utopía», concluyó.

La madre Marie-Alphonsine es la segunda beata palestina de los tiempos modernos, después de Mariam Bawardi (1846-1878, religiosa carmelita de la Iglesia greco-melquita, beatificada en 1983), aunque ha sido la primera elevada a los altares en el territorio del patriarcado de Jerusalén, siguiendo las nuevas disposiciones introducidas por Benedicto XVI.

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ZENIT Staff

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