Nueva York y Sarajevo: coincidencias y diferencias

Habla monseñor Pero Sudar, obispo auxiliar de Sarajevo

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SARAJEVO, 17 octubre 2001 (ZENIT.orgAvvenire).- Nueva York y Sarajevo podrían ser un ejemplo de civilización, tolerancia y libertad. Lo eran en tiempos de paz y lo siguen siendo en los momentos de guerra, por su fusión multiétnica. «Pero hay diferencias», precisa monseñor Pero Sudar, obispo auxiliar de Sarajevo, capital de Bosnia.

«La historia del pueblo bosnio, abandonado a una larga guerra durante cinco años, no ha tenido la «fortuna» del Estados Unidos de hoy, rodeado de la solidaridad internacional. Nuestra guerra no fue comprendida porque entonces no se quería comprender», se lamenta monseñor Sudar.

La comunidad internacional no quería comprender que «si alguien intenta atropellar a los otros con la violencia hay que detenerlo como se está tratando de hacer ahora», añade.

Para el obispo auxiliar de Sarajevo, el futuro de la paz en el mundo depende de que se alcance una convivencia pacífica entre las religiones. El Islam vivido por los habitantes de Bosnia, explica, «se funda sobre convicciones que no pueden ser comparadas con las de algunas teocracias islámicas del mundo».

«El integrismo –añade– tiene poco que ver con la fe islámica».

Pero hay casos de musulmanes en Bosnia cercanos a los integristas musulmanes: «Basta pensar en lo que ha sucedido en las últimas semanas en Zenica donde ha habido centros religiosos, iglesias, cementerios, que han sido objeto de atentados por parte de una franja de extremistas musulmanes», revela el obispo

Para monseñor Sudar, la solución de fondo es la de disminuir las disparidades sociales: «Tras el 11 de septiembre, nadie puede comportarse como antes. El compromiso de todos debería ser el de limitar la distancia entre débiles y fuertes; entre los que son ricos y los que son cada vez más pobres. Si esto no se da, serán los fuertes los que no podrán estar tranquilos».

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ZENIT Staff

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