Nuevo arzobispo de Bogotá ve un intento de reducir la Iglesia a la pederastia

Recuerda que se trata de una enfermedad psíquica comprobada

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BOGOTÁ, domingo, 11 julio 2010 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Rubén Salazar Gómez, reiteró que la Iglesia Católica no es «la Iglesia de los pederastas», motivo por el cual pide que este problema «se trate en un contexto más amplio».

En su primera rueda de prensa como arzobispo electo de Bogotá, el 8 de julio, monseñor Salazar Gómez dijo que la pederastia es un problema muy complejo y una enfermedad psiquiátrica comprobada.

«El matrimonio no soluciona absolutamente nada… hay personas casadas que son pederastas», explicó al responder una pregunta en el sentido de si una eventual aprobación del matrimonio para los sacerdotes católicos serviría para enfrentar los casos de abuso de menores.

Reiteró que la pederastia es «un crimen que hay que atajar» e insistió en su llamado a las víctimas posibles de estos abusos a denunciarlos. Recordó que la pornografía infantil en Internet existe porque hay pederastas que la consultan en red.

Por ello es necesario «que se trate este problema en un contexto más amplio», sin pensar que se está frente a «la Iglesia de los pederastas», precisó el arzobispo electo de Bogotá.

Al afrontar de la nueva misión que le ha confiado Benedicto XVI al frente de esa arquidiócesis, precisó que recibe su nombramiento «con temor y temblor» por los desafíos que plantea Bogotá, pero al mismo tiempo confía en que su experiencia de 18 años de episcopado en las ciudades de Cúcuta y Barranquilla le ayude a hacer frente al nuevo encargo pastoral.

«Bogotá es la arquidiócesis más grande de Colombia, con una población cercana a los cuatro millones de habitantes. Los seres humanos somos limitados, no podemos decir que tengamos todas las capacidades y cualidades, especialmente para desempeñar un cargo tan delicado como ser Arzobispo de Bogotá».

«Recibo el nombramiento con alegría, temor y confianza. Sé que si el Señor nombra también da toda la gracia que se necesita», afirmó en declaraciones a los medios de comunicación».

Reconoció que Bogotá «tiene unos retos muy especiales» por situaciones como los niveles de pobreza de parte de sus habitantes, por la presencia de bandas criminales organizadas, entre otras, al tiempo que la ciudad es la sede del Gobierno Nacional, del Congreso de la República y otras instituciones.

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ZENIT Staff

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