Nuevo cardenal de Sevilla: «Esto sobrepasa mis raíces vocacionales»

El purpurado electo comenta sus impresiones tras conocer su nombramiento

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SEVILLA, 28 septiembre 2003 (ZENIT.orgVERITAS).- A las pocas horas de haber conocido oficialmente su designación como cardenal para el próximo consistorio, anunciado este domingo por Juan Pablo II al rezar la oración mariana del «Angelus», el arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo Vallejo, de la Orden de los Frailes Menores, ha comentado sus primeras impresiones en una entrevista concedida a la Agencia Veritas.

–¿Cuál ha sido su impresión tras conocer la noticia de su nombramiento?

–Monseñor Carlos Amigo: Sobre todo, mi impresión es de una enorme gratitud a Su Santidad el Papa Juan Pablo II. Muchas veces oímos comentarios sobre las limitaciones de su salud, y le vemos tan ocupado de las cosas de la Iglesia y cómo está siempre pensando en ayudar a los demás… Yo creo que este mismo gesto de haber convocado el consistorio nos indica, una vez más, que Juan Pablo II únicamente desea servir a la Iglesia y ser fiel al ministerio que se le ha encomendado; y creo que ésta es para mí la vivencia de comunión más grande que he podido recibir: Cómo el Santo Padre, más allá de sus propias limitaciones, piensa única y exclusivamente en el servicio a la Iglesia.

–¿Qué repercusión tiene para su vida haber sido nombrado cardenal?
Monseñor Carlos Amigo: Bueno, la verdad es que, como ustedes saben, mi vocación ha sido la de la vida franciscana, y parece que esto es algo que sobrepasa totalmente mis raíces vocacionales. Pero, precisamente, veo que en esta ocasión el espíritu franciscano debe ser el de gratitud a Dios por todas las cosas. En mi caso, son muchas las personas que han tenido el mérito de criarme, de formarme… y, sobre todo, de ayudarme a ser cristiano. Naturalmente, en mi vida esto representa sobre todo, repito, una enorme gratitud a tantas y tantas personas como me han ayudado.

–¿Le ha sorprendido la noticia?
Monseñor Carlos Amigo: Pues sí, me ha sorprendido un poco, porque estas cosas, aunque se oyen rumores y te dicen y aparecen en los medios, son cosas que están en un plano tan distinto… Esto no es simplemente la «culminación de una carrera»… no, no, esto es un misterio completamente distinto; es una bendición que Dios me da, en este caso, de las manos del Santo Padre,. Desde luego, cuando te lo comunican, siempre hay una sensación enorme de debilidad y de vacío, pero en seguida llega la reacción. Mira, si Dios te llama, es Él el que da la gracia, y uno no tiene ningún derecho a pedir explicaciones al Señor.

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ZENIT Staff

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