Nuevos abusos de la ley de la blasfemia en Pakistán, denuncia la Iglesia local

La Comisión Justicia y Paz del episcopado pakistaní vuelve a reclamar su derogación

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LAHORE, viernes, 8 julio 2005 (ZENIT.org).- A la utilización abusiva de la ley de la blasfemia en Pakistán se suma ahora la inobservancia de las enmiendas aprobadas el año pasado, como demuestran los sucesos del último mes, según denuncia la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal del país.

Varios organismos religiosos y organizaciones para la defensa de los Derechos Humanos, entre ellos la citada comisión del episcopado, la Comisión para la Paz y el Desarrollo Humano -una organización no gubernamental que comprende a musulmanes y cristianos- y la Alianza de Minorías de todo Pakistán («All Pakistan Minorities Alliance») han suscitado la cuestión del respeto al uso de la ley denunciando casos de acusaciones falsas contra cristianos o no.

Y es que varios episodios han reavivado últimamente el debate. Un anciano musulmán analfabeto, Yousaf Masih, ha sido arrestado por la policía en Karachi acusado de blasfemia por haber quemado hojas en las que estaban impresos versículos del Corán. El detenido, barrendero de oficio, afirmó que simplemente estaba quemando periódicos y otros papeles como parte de su trabajo.

Posteriormente, en la ciudad de Nowshera, a poca distancia di Peshawar -en la provincia de la frontera del noroeste (NWFP)-, una multitud de musulmanes prendió fuego al templo hindú de Lamba Vera e incendió y saqueó algunas casas de familias cristianas e hindúes. Muchas de las familias de la zona han tenido que huir aterrorizadas y ahora están sin hogar.

Recientemente la policía pakistaní irrumpió en una librería de religiosas paulinas -católicas- en Saddar, cerca de Karachi, y confiscó material en venta. Acusaciones infundadas a la comunidad cristiana local desencadenaron la acción: en un diario nacional en lengua urdu, el «Nawa-I-Waqt», un artículo denunciaba que en algunas publicaciones y CDs en venta se insultaba a los profetas (Cf. Zenit, 4 julio 2005).

Estos episodios registrados en el último mes han suscitado preocupación entre los líderes de la Iglesia en Pakistán, que ha manifestado su intención de llevar el problema ante las autoridades competentes del gobierno, confirma «Fides».

La Comisión Justicia y Paz, en un mensaje a la agencia misionera de la Santa Sede, solicita al gobierno que adopte medidas eficaces que pongan fin a la violencia y reitera su petición de derogación de la ley de la blasfemia.

Igualmente condena los actos de violencia y vandalismo llevados a cabo por extremistas islámicos y pide la inmediata liberación del musulmán Yousaf Masih pues, según las enmiendas aprobadas en 2004, es preciso proceder a una atenta investigación antes de efectuar una detención.

En efecto, en Pakistán el año pasado el Parlamento aprobó una ley dirigida a reducir el alcance de las restrictivas leyes de la blasfemia. La enmienda a la ley significa que los funcionarios de policía tendrán que investigar las acusaciones de blasfemia para asegurarse de que están bien fundadas, antes de que se presenten cargos criminales.

La ley de la blasfemia se refiere a dos secciones del Código de Procedimiento Penal Pakistaní (295.b y 295.c) que condenan las ofensas al Corán o al nombre del Profeta. La pena prevista llega a cadena perpetua, pero la ley se utiliza a menudo para vengarse de adversarios políticos o enemigos personales, por parte de musulmanes integristas, o para venganzas privadas.

Según datos de la Comisión, el número de personas que desde el 1988 hasta hoy han sido acusadas falsamente y arrestadas utilizando la ley de la blasfemia en vigor en Pakistán asciende a 650.

Además al menos una veintena de personas han sido asesinadas en el mismo período como consecuencia de la misma acusación.

Los cristianos encarcelados bajo acusación de blasfemia son actualmente 80, una cifra elevadísima teniendo en cuenta la minoría que representan (un 2,5%) en un país de 155 millones de habitantes con un 97% de musulmanes (suníes en su mayor parte; chiíes un 20%). La población en Pakistán registra 1,2 millones de católicos.

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ZENIT Staff

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