SYROS, lunes, 24 agosto 2009 (ZENIT.org).- Por cuarta vez, en la noche entre el 1 y el 2 de agosto, unos desconocidos «dañaron furiosamente el cementerio católico de Chanià, en la isla de Creta, Grecia, destruyendo las tumbas de los muertos, abriendo los sepulcros, rompiendo mármoles y cruces, y destruyendo las inscripciones sepulcrales».
Lo denuncia, en una nota enviada a ZENIT, monseñor Fragkiskos Papamanolis, ofm cap., obispo de Syros, Milos y Santorini, quien recuerda que actos similares se produjeron ya anteriormente en marzo de 2005 y octubre de 2007.
«El único sector que esta vez no han tocado –especifica el prelado– ha sido el militar francés, donde reposan los soldados franceses caídos en los combates por la liberación de Creta (1896-1913)», mientras que «en 2007 la destrucción fue total».
«En el pasado –afirma el obispo Papamanolis– los daños fueron atribuidos a desconocidos drogados. Al parecer, sin embargo, deberían ser atribuidos a personas que querrían alejar o hacer desaparecer el cementerio católico de Chanià».
«A todos estos les decimos: ‘Respetad la memoria de los muertos'», exclama el obispo.
«Hace dos años, cuando sucedió algo similar en el cementerio ortodoxo de Constantinopla, nuestro Gobierno lo transformó en problema nacional», recuerda el prelado.
«Sin embargo, cuando las dos veces anteriores nuestro cementerio en Chanià fue dañado por sacrílegos y vándalos invasores –observa–, todas las autoridades han permanecido inertes, han cubierto con el silencio el problema y no han hecho nada por reparar el ultraje a la memoria de los muertos, y ni siquiera nos han ayudado para la reparación de los daños».
«¿Los huesos de los cristianos católicos no se merecen quizá respeto como los huesos de nuestros hermanos ortodoxos?», se pregunta.
El obispo, que es también administrador apostólico de Creta, ha dirigido un sentido llamamiento al Gobierno griego para que se haga garante del respeto de la ley.
«Pedimos una vez más a los ministerios de Justicia y de Orden Público que nos protejan porque las injusticias que sufrimos, como Iglesia Católica, especialmente en Creta, se acumulan y se multiplican», solicita.
«¿Por cuánto tiempo todavía?», se pregunta en conclusión el obispo Papamanolis.
De un total de once millones de habitantes, Grecia cuenta sólo con 50.000 católicos griegos (el 0,5% de la población). Sin embargo, en menos de veinte años, se ha ido añadiendo un alto número de católicos extranjeros –polacos, filipinos, iraquíes, etc.– establecidos en tierra helénica, sobre todo por razones de trabajo, en tal grado que la comunidad católica ha aumentado hasta 350.000 personas.
Traducido del italiano por Nieves San Martín
