Obama: 'No contra el islam, sino contra quienes lo pervierten'

En la Cumbre de Washington contra el extremismo violento, el mandatario ha explicado que los terroristas ‘están desesperados por obtener legitimidad’. Así, ‘tratan de presentarse como lí­deres religiosos’

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha aclarado este miércoles que «no estamos en guerra con el islam», sino contra el terrorismo, en el marco de la Cumbre contra el Extremismo Violento que se celebra estos días en Washington. «No son líderes religiosos, son terroristas. Y no estamos en guerra con el islam. Estamos en guerra con las personas que han pervertido el islam», ha dicho.

Durante su intervención, Obama ha subrayado también que «ninguna religión es responsable del terrorismo». «Solo las personas son responsables de la violencia y el terrorismo», ha añadido.

Asimismo, ha explicado que los extremistas de Al Qaedao el Estado Islámico «tratan de presentarse como líderes religiosos, guerreros santos en defensa del islam», porque «están desesperados por obtener legitimidad».

En este sentido, el mandatario estadounidense ha recalcado que «nunca debemos aceptar la premisa que ellos proponen, porque es una mentira». «Los terroristas –ha asegurado–no hablan en nombre de mil millones de musulmanes que rechazan su ideología de odio».

Por ese motivo, ha realizado un llamamiento a la unidad para «vencer a estas organizaciones» y «derrotar las falsas promesas del extremismo». «El extremismo no se aborda exclusivamente como un asunto militar, hay que acabar con la ideología y la estructura que la sostiene», ha indicado.

Obama ha rechazado además la idea de que la pobreza sea el principal semillero de la radicalización que conduce a la violencia. «Hay millones de personas en todo el mundo que viven en la pobreza y están concentrados en como mejorar su vida, sin abrazar ninguna ideología violenta», ha recordado.

Aun así, ha apuntado que el más importante recurso en la lucha contra el extremismo son las comunidades en las que los terroristas intentan reclutar nuevos miembros, aprovechando problemas económicos, de pertenencia o integración social.

El presidente de Estados Unidos ha concluido sus palabras insistiendo en que la principal medicina contra estos movimientos debe ser «más democracia, más instituciones y más libertades». Para eliminar esta amenaza radical «será necesario crear oportunidades para todos», ha enfatizado.

La reunión organizada por la Casa Blanca, a la que están asistiendo representantes de unos 60 países, ha puesto el énfasis en las poblaciones más vulnerables a la radicalización y al reclutamiento. No en vano, el autoproclamado Califato Islámico ha atraído a sus filas a más de 20 mil combatientes extranjeros.

Este jueves, el último día de la cumbre, el objetivo será abordar el rol de los gobiernos a nivel internacional en la lucha contra el extremismo violento. 

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ZENIT Staff

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