Obama, Notre Dame y la identidad de la universidad católica

Habla Patrick Reilly, presidente de la sociedad Cardenal Newman

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MANASSAS, Virginia, viernes, 22 de mayo de 2009 (ZENIT.org).- La controversia por el galardón a Barack Obama de la Universidad de Notre Dame en Estados Unidos, puede ser también una oportunidad para renovar la identidad de la educación superior católica en su identidad y misión.

Es la opinión, compartida con ZENIT de Patrick Reilly, presidente de la sociedad Cardenal Newman, organización que busca renovar y fortalecer la identidad de las universidades católicas ese país.

El año pasado, esta asociación publicó la «Guía de Newman para escoger una Universidad católica» (TheNewmanGuide.com), con el fin de orientar a los estudiantes sobre los institutos de educación superior que son fieles al sentido de la la educación católica y a la constitución apostólica Ex corde ecclesiae de Juan Pablo II, sobre la identidad y misión de las universidades católicas.

Reilly se refierea la controversia ocurrida el pasado domingo en la universidad católica de Notre Dame, situada en el estado de Indiana y una de las más prestigiosas de Estados Unidos.

Notre Dame rindió un homenaje al presidente Obama otorgándole el título de doctor honoris causa en derecho, a pesar de que en su vida política, antes y después de ser presidente, ha votado y aplicado políticas contra la vida humana, como es la promoción del aborto incluso en fases muy avanzadas de gestación, la investigación con células madres embrionarias y las fundaciones de programas de planificación familiar en Estados Unidos.

Las reacciones no se han hecho esperar. Más de 367.000 católicos han firmado una petición hecha para pedir que las universidades católicas hagan valer su identidad. Esto lo han hecho en el sitio NotreDameScandal.com.

La embajadora de Estados Unidos ante la Santa Sede Mary Ann Glendon, quien recibió en la misma institución la Laetare Medal, decidió declinar de este honor para no compartirlo con un líder abortista.

Además varios grupos de estudiantes de esta institución han organizado reuniones, jornadas de oración y misas, así como ceremonias alternativas para sus egresados.

Una oportunidad para la universidad católica

Patrick Reilly asegura que a esta manifestación él prefiere llamarla «una respuesta católica», y no «pro vida», porque esta segunda expresión pareciera describir una posición política.

Subrayó que «para los obispos y para la sociedad Cardenal Newman, esta no es una protesta en contra del presidente. Es más bien una protesta a la desobediencia de Notre Dame y a su traición a los valores católicos».

Indicó que, no obstante la crisis que sufre de Notre Dame como universidad católica, «como cristianos, tenemos que ver el Plan de Dios en todo. Nosotros compartimos una fe eucarística; es a través de la traición de Judas en la pasión que Cristo resucitó. La Iglesia no es ajena al sufrimiento y a la traición desde adentro».

«Estas escaramuzas sólo sacan la verdad a la luz en una cultura que prefiere evitarla. En el contexto del poder político y el prestigio del mundo, la Iglesia perdió esta batalla, y los educadores laicistas y la política izquierda celebraron esta pequeña victoria. Pero la victoria, a la luz de la fe es una ilusión», dijo.

Indicó también que los frutos de este escándalo dejan ver «el extraordinario testimonio de los obispos y de católicos laicos que han llamado la atención ante la falta de identidad católica en muchas universidades e institutos en Estados Unidos».

Los nuevos desafíos

Sin embargo, Reilly advirtió que el debate aún no termina: «sospecho que la controversia está solo creciendo y que los laicistas en la educación católica estadounidense continuarán su pelea prolongada en contra de la Iglesia. Ellos no ven ningún papel útil para los obispos y para la teología católica ortodoxa en la educación superior».

No obstante, el presidente de la sociedad Cardenal Newman ve signos de esperanza: «el Espíritu Santo está trabajando en la Iglesia en Estados Unidos y el Vaticano y los obispos han establecido una dirección clara para la educación católica».

«No tengo duda de que el futuro es brillante y las instituciones católicas estarán cada vez más atentas a sus prepuestas esenciales sobre cómo llevar la gente joven a Cristo», dijo.
 
«El Papa Benedicto XVI claramente estableció una auténtica versión sobre la libertad académica para todos nosotros en su discurso a los directores de universidades católicas que nos dirigió cuando visitó Estados Unidos el año pasado. El Santo Padre ha vinculado la crisis de la verdad en los campus católicos con la crisis de la fe. Eso es lo que está en el núcleo del problema en la educación superior católica», afirmó.

Aseguró también que la verdadera esperanza de la educación superior católica «se encuentra en la visión de futuro, fiel a la actividad de las mejores instituciones católicas e individuales dentro de universidades como Notre Dame que está trabajando por la renovación de la identidad católica».

«Plenamente católica sin medias tintas. Esta es la aproximación de la educación superior católica que el Papa Benedicto propuso y exactamente lo que Notre Dame no hizo exponiendo su honor al presidente Obama», concluye.

Con información de Genevieve Pollock

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ZENIT Staff

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