Obispo iraquí: los cristianos deben reclamar el derecho a existir

Visita Irlanda para presentar el Informe de 2011 «Perseguidos y olvidados»

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DUNDALK, jueves 17 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Se dice que fue un fundamentalista islámico quien asesinó al padre Ragheed Ganni en 2007 gritándole antes de asesinarlo, “Te dije que cerrases la Iglesia, ¿Por que estás aquí todavía?”.

Esta escena fue recordada ayer por el cardenal Seán Brady, arzobispo de Armagh, Irlanda, en el evento para promocionar el lanzamiento de la edición de 2011 del informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada sobre los cristianos oprimidos por causa de su fe. Este año el volumen se titula “Perseguidos y olvidados”.

La reflexión del cardenal Brady respondió a un discurso del arzobispo Bashar Warda de Erbil, Iraq.

El discurso del arzobispo Warda dio la respuesta a la pregunta inquietante del asesino. “Los iraquíes, dijo, son gente que ha experimentado un sufrimiento inmenso pero a la vez son muy fuertes, resistentes y están preparados para reclamar su derecho a existir”.

Nada que esconder

El arzobispo Warda sólo tiene 41 años, es el octavo prelado más joven de toda la Iglesia. Los años de la guerra y opresión que han ocupado toda su vida, han “fortalecido y endurecido nuestra resolución de permanecer fuertes y reclamar nuestro derecho legal e histórico como Iglesia y como ciudadanos de Iraq”, dijo. “No hemos llegado tan lejos para ahora abandonar”.

El informe del arzobispo sobre los problemas de Iraq destacó una serie de causas.

“Lo que los iraquíes están sufriendo es una crisis en el cambio cultural”, dijo. “Estamos viviendo en una región que no sabe decidirse entre la democracia o la ley islámica. No pueden decidirse entre el derecho de los seres humanos a vivir en libertad en todas sus emocionantes y desafiantes formas, o el control del espíritu y las mentes de sus gentes”.

El país se ha quedado con una Constitución débil que intenta “satisfacer a dos señores”, sugirió el arzobispo, por un lado la premisa de los derechos para todos; por otro lado la ley islámica para la mayoría musulmana.

“Los islamistas no son los únicos que han fallado”, afirmó. “Los seglares con ánimo de lucro son también responsables. Los gobiernos vecinos de la región que ayudan a los insurgentes con dinero y armas para desestabilizar al gobierno también son responsables”.

Monseñor Warda dio un breve resumen de los horrores diarios. Destacó que 17 sacerdotes y dos obispos iraquíes fueron secuestrados entre 2006 y 2010.

“Muchos fueron retenidos durante días; algunos durante semanas. Algunos fueron golpeados y torturados por sus secuestradores. Algunos fueron liberados, pero un obispo, cuatro sacerdotes y tres subdiáconos fueron asesinados”, explicó.

Entonces comenzó la campaña sistemática de bombardeos, que empezó en Mosul en 2004. Un total de 66 iglesias fueron atacadas o bombardeadas; 41 en Baghdad, 19 en Mosul, 5 en Kirkuk y una en Ramadi. Además, dos conventos, un monasterio y un orfanato de la iglesia fueron bombardeados.

“Hay miles de ejemplos de sufrimiento abrumador de los cristianos iraquíes”, dijo el prelado. “El dolor y la pena de nuestra congregación se puede palpar, no hay una sola persona que no se haya visto afectada por la tragedia desde 2003”.

Pero esto no hará que los iraquíes dejen de reclamar su “derecho a existir”, declaró.

Arrojando luz

La respuesta del cardenal Brady a su hermano obispo diseñó un paralelo entre Iraq y la Irlanda nativa.

“El manifiesto y agresivo sentimiento anti-cristiano que es privado y público es evidente en Iraq sin embargo no se limita a este país”, declaró. “Se encuentra a lo largo y ancho de todo Oriente Medio, a través de Asia. Se puede encontrar en África y de manera creciente se puede encontrar en aquellos que una vez fueron los países cristianos del Occidente de Europa”.

El cardenal habló de la clara y convincente evidencia de que la Cristiandad está “siendo desarraigado agresivamente de Oriente Medio, las mismas tierras que lo vieron florecer por primera vez”.

Pero, a la vez señaló la “menos clara” y “menos sangrienta agresión en Occidente, que está poniendo a la Cristiandad bajo la amenaza de un “ateísmo grave” – no del tipo de la antigua Unión Soviética, dijo el prelado, sino que “hay un nihilismo que está recientemente de moda que niega insistentemente cualquier verdad que provenga de la fe”.

El cardenal continuó diciendo: “A través de Europa y a través del mundo occidental, a los cristianos se les pregunta: ¿Por qué estáis aquí todavía?”.

“Esta pregunta fundamental que gritó el supuesto asesino del Padre Ganni hace cuatro años en el norte de Iraq no ha desaparecido”.

En este contexto, reflexionó el cardenal Brady, profesar la propia fe en Iraq conlleva más bien una amenaza a tu vida “al menos desde una perspectiva física”.

“¿Pero podría darse el mismo caso desde una perspectiva espiritual?”, preguntó. “¿Podría ser posible el caso de que fuese más difícil ser un cristiano creyente en Irlanda que en Iraq?”

“También quiero sugerir que deberíamos reconocer que existe una guerra cultural que se libra en Occidente como otra que se libra en Oriente Medio”, prosiguió el cardenal. “Quizás no hay derramamiento de sangre y quizás hay diferentes reglas de compromiso, pero lo que está en juego es lo mismo, es decir, los derechos de los cristianos de reunirse en público y profesar su fe de palabra y de obra”.

“Y seamos claros, los cristianos tienen todo el derecho de estar ‘aquí’: a reunirse en una plaza pública, transmitir la fe a sus hijos y proclamar al mundo la verdad cristiana sobre la dignidad de cada ser humano y el infinito amor de nuestro Dios misericordioso”.

El cardenal Brady describió la misión de Cristo en la tierra como la de reconciliar al hombre con Dios. “El mandato permanente de la Iglesia es continuar esta misión, este proceso de reconciliación y de curación de los espíritus y sociedades rotas”, afirmó el cardenal. “La misión en la tierra de la Iglesia de Cristo es curar al mundo, llevar a la gente y a los pueblos al reino de Dios”.

“Esto es por lo que la Iglesia está todavía en Irlanda. Esto es por lo que la Iglesia está todavía en Iraq. Esto es por lo que el Padre Ganni y muchos otros ofrecieron su vida para traer la belleza de la Verdad, para iluminar con la luz de la Fe los oscuros recovecos del corazón humano”.  

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ZENIT Staff

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