Obispo iraquí: Votar es un deber nacional y religioso

El pastor católico de Kirkuk afirma que televisiones panárabes promueven el fanatismo

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KIRKUK, miércoles, 26 enero 2005 (ZENIT.orgAsiaNews).- Se acerca el 30 de enero, día de las elecciones en Irak y el obispo caldeo de Kirkuk, monseñor Luois Sako, recuerda a sus fieles que votar es un deber nacional y religioso.

El voto del próximo domingo es «algo inmenso», añade el prelado en esta entrevista concedida a la agencia misionera AsiaNews, pues por primera vez los iraquíes podrán elegir «libremente a sus jefes».

–¿Cree que serán significativas las elecciones del 30 de enero a pesar de los límites que impondrá en estos días la violencia?

–Monseñor Sako: Sí, porque el gobierno actual es provisional, pero tras las elecciones surgirá de una opción de la gente. Los iraquíes tienen la posibilidad de indicar quiénes son los jefes, los que ellos quieren. Las elecciones son algo inmenso y nuevo. Durante los últimos cincuenta años no había sucedido nada igual: primero a causa de los enfrentamientos y revoluciones, después por los 35 años de régimen. Nunca se ha dado la libertad de expresión. Pero ahora todo es posible: si hay personas y partidos que discuten y se enfrentan, es porque tienen libertad. Ahora los iraquíes tienen que aprender a dialogar de manera civilizada. Pero el pueblo iraquí nunca ha sido educado en la convivencia, siempre ha vivido en medio de la violencia: tres guerras, un régimen, trece años de embargo… Por este motivo, hoy la libertad no se utiliza de manera responsable y surgen los problemas.

–¿Cuánta gente podría acudir a las urnas el próximo domingo?

–Monseñor Sako: Los telediarios hablan del 80%. Es verdad que hay gente que tiene miedo de las amenazas, pero yo digo que hay una condición para llegar a la normalidad, y esta condición son las elecciones. Puedo decir que el domingo mucha gente irá a votar.

–En occidente, entre los periódicos y las televisiones, no parece que haya mucha simpatía por las elecciones iraquíes.

–Monseñor Sako: Precisamente este lunes el Papa ha pedido a los medios de comunicación que ayuden a la gente a comprender la realidad. El problema que estamos experimentando en Irak se debe precisamente a los medios de comunicación: se escriben y transmiten demasiadas mentiras y provocaciones. Basta pensar en los canales de televisión «Al Jazeera» y «Al Arabiya», que dan noticias falsas en nombre de un auténtico fanatismo, condenado por los mismos jefes musulmanes iraquíes. Estas televisiones difunden una continua provocación a la violencia contra los estadounidenses e incluso contra los iraquíes. En estos medios, se mezcla terrorismo y resistencia, pero para mí hay una clara diferencia. La resistencia es algo noble; pero hace dos días estalló una bomba durante una boda: hubo 20 muertos. Me pregunto, ¿esto es resistencia? Aquellas veinte víctimas eran iraquíes, hombres y mujeres inocentes, ¿es esto un acto de resistencia? ¿Es un acto de resistencia atacar a una iglesia o a una mezquita?

–Monseñor Basile Georges Casmoussa, arzobispo siro-católico de Mosul, secuestrado la semana pasada, tras su liberación pidió el retiro de los estadounidenses. Usted, ¿qué opina?

–Monseñor Sako: Creo que monseñor Casmoussa ha hecho estas declaraciones porque tiene en cuenta su situación en Mosul: allí casi toda la ciudad, en su mayoría suní, está en contra de la presencia estadounidense. Pero si los estadounidenses se van hoy de Irak, se dará una guerra civil entre kurdos y árabes, suníes y chiíes, musulmanes y cristianos. Esto está claro.

Por este motivo es mejor que no se vayan ahora los estadounidenses. Dentro de poco tiempo se dará un gobierno nacional, se está formando un ejército y un cuerpo de policía. Poco a poco se está realizando un proyecto de renacimiento, pero esto no tiene lugar por arte de magia. Los estadounidenses deben permanecer hasta que los iraquíes puedan tomar las riendas de la nación. Ahora no son capaces, no se dan las estructuras adecuadas.

–¿Cuál es la situación de los cristianos iraquíes?

–Monseñor Sako: Cambia según las ciudades. En Mosul es muy difícil, porque los suníes son la mayoría de la población y están en contra de las elecciones, pues con la caída del régimen de Sadam Hussein, han perdido el poder. En Mosul cualquier persona puede organizar un secuestro por dinero o venganza, no hay policía ni seguridad. Pero en Bagdad, en Basora, en el sur, así como aquí en Kirkuk, en el Kurdistán, la situación es normal.

Los problemas se dan en el centro, en la zona suní. Todo el pueblo iraquí es consciente de que los cristianos constituyen un elemento esencial de la sociedad iraquí. Son una parte del patrimonio iraquí y de la historia del país.

–¿Cómo se preparan los cristianos a las elecciones?

–Monseñor Sako: En las misas hemos hablado de las elecciones y hemos invitado a los cristianos a votar. El otro día, aquí en Kirkuk, todos los representantes de las Iglesias firmaron una declaración común para alentar a los cristianos a que vayan a votar. La entregamos al alcalde y a los representantes de la provincia. Ha sido acogida con favor. Es un llamamiento a los iraquíes a ir a las urnas, pues votar «es un deber nacional y religioso para contribuir al nacimiento de un nuevo Irak para todos».

No hemos aconsejado que escojan una lista u otra; hemos dicho a la gente que vaya a votar, aunque la situación no sea perfecta, pues el voto es un paso importante hacia la democracia y la libertad. Las elecciones son el camino adecuado para una sociedad capaz de progreso. Hay partidos cristianos que se han presentado como candidatos tanto para las elecciones provinciales como para la Asamblea Nacional. También hay políticos cristianos en otros partidos, por ejemplo, en los kurdos.

–¿Por quién votarán los cristianos?

–Monseñor Sako: Nosotros pedimos que voten por quienes son capaces de dirigir el país de manera justa y democrática. Los cristianos votarán según su conciencia. La novedad es que los cristianos no están ausentes, y esto ayuda a un porvenir mejor. La Iglesia debe ayudar a la gente a quedarse, alentarla a comprometerse en la reconstrucción, favorecer el diálogo étnico y cultural.

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ZENIT Staff

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