CIUDAD DEL VATICANO, 10 julio 2003 (ZENIT.org).- Los delegados de las más de 150 Cáritas nacionales de todo el mundo participantes en las sesiones de la Asamblea General de Cáritas Internationalis que se celebra esta semana en Roma este miércoles como presidente al obispo libanés de Trípoli, monseñor Fouad El-Hage por un período de cuatro años.
Monseñor El-Hage, de 64 años y arzobispo de la diócesis libanesa (rito maronita) de Trípoli desde 1997, fue elegido presidente de Cáritas Internationalis en 1999, cargo en el que sustituyó al obispo brasileño de Emperatriz, monseñor Alfonso Felipe Gregory.
Como secretario general ha sido confirmado en el cargo Duncan MacLaren, laico escocés, que accedió a la Secretaría General de Cáritas Internationalis hace cuatro años después de haber ejercido varios años como secretario general de Cáritas Europa.
En la misma sesión también fueron elegidos, como representantes de las siete regiones geográficas en las que está dividida la red internacional de agencias de ayuda de la Iglesia católica.
Claudette Habesch, presidirá la región de Oriente Medio y Norte de África; monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de El Salvador América Latina y el Caribe; Denis Vienot Europa; Hilton Deakin Oceanía; Geraldine Sicola América del Norte; monseñor Juan Bosco Netp, obispo de Camerún, el resto de África; y el tailandés monseñor Lawrence Semanchit Asia.
Salvador Pellicer, delegado episcopal de Cáritas Española, resumiendo el espíritu de esta red de caridad, subrayó la necesidad de que con su acción las agencias de ayuda católicas rescaten el humanismo de Cristo.
«No podemos –afirmó Pellicer– convertirnos en unos magníficos trabajadores desposeídos de todo interés por la vida y la situación del otro, por su identidad. Cristo le hubiera mirado a los ojos y le hubiera amado. Lo mismo debe hacer Cáritas».
Cáritas Internationalis es una confederación de 154 organizaciones católicas de asistencia, desarrollo y servicio social, que trabaja en la construcción de un mundo mejor para los pobres y oprimidos, en 198 países y territorios.
«Trabaja sin tener en cuenta la confesión, raza, género o etnia, de sus beneficiarios, y es una de las más amplias redes humanitarias de todo el mundo», explican sus directivos.
«La misión de Caritas se arraiga en la doctrina social de la Iglesia, centrándose en la dignidad de la persona humana –añaden–. El trabajo de Caritas por los pobres manifiesta el amor de Dios por todo lo creado».
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