Obispo sudanés pide salvar de la muerte por sed a miles de familias

En particular, dirige su llamamiento a Unicef

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RUMBEK, 10 enero 2002 (ZENIT.orgFides).- Un obispo del sur de Sudán lanzó este jueves un grito de alarma a la comunidad internacional para salvar de la muerte por sed a miles de familias refugiadas.

Monseñor Cesare Mazzolari, obispo de Rumbek, en una entrevista concedida a la agencia «Fides», afirma: «La situación es desastrosa… Más de siete mil familias podrían morir de sed en el condado de Aweil».

«Muchas familias están formadas por una madre jovencísima y por uno o dos hijos –añade–. Provienen de la zona de Raga y de algunas zonas del Norte, de las que huyeron para evitar ser secuestradas o reducidas a esclavitud».

«Las necesidades más urgentes son agua, víveres y vestidos –explica el obispo a la agencia misionera de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos–. Por el momento, estas personas se alimentan sólo de hojas. Para tener algo de agua tienen que caminar dos horas».

Entre las personas que viven en la región, algunas fueron secuestradas o reducidas por las fuerzas gubernamentales y las milicias árabes (Mrahiliin) que lanzan incursiones contra los civiles en Mabior, Arial, Weweil, Bahr el Arab y a lo largo del ferrocarril.

Monseñor Mazzolari dirige su llamamiento en particular a la Unicef, para que excave pozos de agua para los refugiados de la zona.

«Unicef tiene ya un proyecto de excavar pozos en los campos de recogida de los niños-soldados –explica–. He pedido que se creen otros para las escuelas administradas por la Iglesia, donde se amasan también los refugiados».

«Estas escuelas se proponen reintegrar a los jóvenes en sus ambientes, enseñándoles la lengua local y el inglés –explica–. Cuando fueron arrancados de sus familias para combatir con las tropas del gobierno fueron enviados al Norte para aprender el árabe. Ahora que han vuelto a su ambiente deben restablecer el contacto con su cultura».

Según monseñor Mazzolari, la intervención de la Unicef es urgente porque están llegando a la región nuevos desplazados provenientes de Raga (Bahr-el-Ghazal occidental).

Esta zona es teatro desde octubre de intensos combates, desde que las tropas del gobierno tomaron el control de Raga, ocupada antes por el Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés (SPLA).

La diócesis de Rumbek tiene escuelas dirigidas por religiosos combonianos en la zona de Bahr-el-Ghazal, que limita con las áridas regiones de Darfur Sur y de Kordofan meridional, con frecuencia afectadas por la sequía.

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ZENIT Staff

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