Obispos andaluces ofrecen criterios ante las próximas elecciones

ALMERÍA, viernes, 18 mayo 2007 (ZENIT.org).- Al término de su Asamblea ordinaria, celebrada en Almería, los obispos de las diócesis de Andalucía, en un comunicado hecho público el 15 de mayo, han alentado al pueblo cristiano y a las personas de buena voluntad a la participación en las elecciones municipales del próximo día 27 de mayo.

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Sobre los criterios morales que han de conducir la vida pública, los obispos se remiten al documento de la Conferencia Episcopal Española del pasado mes de noviembre titulado «Orientaciones morales sobre la situación social de España».

«La cita con las urnas nunca es una rutina –aseguran los obispos andaluces–. Al contrario, es un momento importante en el ejercicio de la democracia».

En su comunicado, con la mirada puesta en los últimos años, los obispos andaluces aprecian, en primer lugar «todo lo logrado en muchas poblaciones andaluzas, sobre todo en materia de servicios sociales, escolares y culturales. Deseamos que el ritmo de desarrollo prosiga y llegue a la totalidad de nuestros pueblos y ciudades».

Al mismo tiempo, señalan algunas necesidades como «la urgencia de mayor dotación de viviendas protegidas, la de facilitar el incremento de la actividad empresarial e industrial que disminuya la alta cuota de paro que se sufre en algunas zonas de nuestra región, la promoción laboral y cultural de los jóvenes, la extensión de los servicios sociales a favor de las personas mayores que viven solas con escasos recursos, y la participación de los inmigrantes en la vida social y laboral».

También demandan «la dotación de medios que garanticen la seguridad ciudadana, el mayor cuidado y conservación del patrimonio monumental y la atención al medio ambiente».

A la hora de emitir el voto, añade el comunicado, «se ha de tener presente la postura de los candidatos con respecto a los derechos fundamentales de la persona, en particular del derecho a la vida en todas sus etapas; la tutela de la libertad religiosa, que incluye respeto a los signos religiosos, a su expresión pública y a la valoración de la religión. El reconocimiento de la función social y defensa de la familia fundada en el matrimonio».

Así mismo, subrayan los obispos andaluces, «el derecho a la educación y la promoción de una cultura abierta a los valores morales y religiosos, y a las legítimas tradiciones de nuestro pueblo andaluz. Y el fomento de un orden social más justo que vele con particular solicitud por los más pobres: enfermos, ancianos, dependientes y desfavorecidos de la sociedad».

El ejercicio del derecho a participar, con libertad y responsabilidad, debe ir acompañado, según los obispos de las diócesis andaluzas, «del conocimiento de las necesidades del propio municipio, con amplitud de miras por encima de los intereses personales».

A tal fin, añaden, «es obligado tener una opinión acertada de la gestión municipal que ahora termina, valorar los programas de gobierno propuestos y a los candidatos que piden nuestro voto».

La nobleza de la función pública, referida aquí al municipio, señalan los obispos «exige de los candidatos las cualidades de buen gobierno, guiados por la justicia y la lealtad que comprende gobernar para todos por encima de los intereses de partido. El rigor y la transparencia de la gestión económica deben distinguir a todos sin excepción. La honradez en el desempeño del mandato recibido de los ciudadanos es condición y garantía de legitimidad».

«Los casos de corrupción dañan y perjudican la convivencia y el justo orden democrático», afirman los obispos de las diócesis de Andalucía.

«El enfrentamiento y la descalificación entre adversarios políticos fomenta en ocasiones la división y la confrontación del tejido social –subrayan–. Por ello, los ciudadanos esperan una campaña electoral guiada por la verdad y el respeto mutuo».

«El futuro de nuestros municipios nos concierne a todos –indican los prelados–. La construcción del bien común en nuestras ciudades y pueblos, ha de estar conducida por el derecho, la verdad, la justicia y la libertad».

Y concluyen deseando «para nuestro pueblo, al que dedicamos todos nuestros afanes y esfuerzos, aquel progreso en el que la persona humana ocupe el centro de la vida pública. Y se sustente en nuestras raíces cristianas, que han sido y deben seguir siendo el germen de hombres y mujeres libres, abiertos, solidarios y pacíficos. Con estos sentimientos, imploramos la intercesión de la Virgen María, invocada en todos los municipios de Andalucía como Madre y Patrona».

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ZENIT Staff

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